Los camioneros españoles bloquean los pasos fronterizos hispano-franceses en Irún y La Junquera
La frontera de La Junquera, en Gerona, se convirtió ayer en un nido de conflictos para los camioneros españoles. A la amenza permanente de presencia de piquetes de agricultores franceses en cualquier punto de la carretera con intenciones violentas hacia los productos hortofrutícolas españoles, se sumó una huelga de celo de los carabineros galos, que solamente a las siete de la tarde llegaron a un acuerdo para despachar un camión por minuto en la autopista A-17, lo que provocó retrasos en los despachos de aduana y una cola formada por más de 1.500 camiones de hasta diez kilómetros de largo. Los camioneros, que siguen siendo escoltados por la policía francesa durante cincuenta kilómetros, intentaron cortar ayer los accesos a los pasos fronterizos. La misma situación de entorpecimiento por parte de los camioneros se produjo ayer en lrún.
Los carabineros franceses destacados en el paso fronterizo de La Junquera iniciaron ayer una huelga de celo que agravó aún la tensa situación por la que atraviesan los camioneros españoles en tránsito por el Rosellón galo. La huelga de celo, que obedece a reivindicaciones estrictamente laborales -los carabineros quieren que el tiempo empleado en el desplazamiento hasta su punto de trabajo sea computado en el horario laboral- provocó ayer la circulación lenta de los camiones por la aduana. A media tarde, en la autopista A-17 se contabilizaban alrededor de doscientos camiones en rigurosa fila y paciente espera. Los carabineros galos exigían certificaciones del requisito administrativo más nimio.Los camioneros españoles, desde el pasado miércoles, son protegidos en territorio francés por fuerzas de la policía. Un coche celular, con una frecuencia de una hora, marcha en cabeza de un convoy de camiones. La escolta finaliza a cincuenta kilómetros de la frontera, donde los camioneros continuan en solitario su ruta.
Jornada de lucha
La convocatoria de jornada de lucha realizada por los agricultores franceses para ayer solo se consumó en Beziers, donde se realizó una manifestación de viticultores. En las proximidades de Le Boulou y Perpiñán fuerzas de los Cuerpos de Seguridad de la República (CSR) vigilaron desde primera hora de la mañana la posible creación de piquetes de agricultores, comandos que no hicieron acto de presencia durante la jornada.Entre 1.500 y 2.000 camiones se encuentran bloqueados en torno a los pasos fronterizos de Hendaya y Biriatou, en la provincia de Guipúzcoa y en el País Vasco francés, a consecuencia de la huelga de celo de los aduaneros galos, que llegó ayer a su tercer día. Gran número de vehículos pesados han debido permanecer 48 horas inmovilizados, sin poder avanzar ni retroceder, y los conductores tienen que alimentarse con bocadillos, informa Victorino R. de Azua, desde San Sebastián.
La huelga de celo de los funcionarios franceses de aduanas se ha producido, precisamente, cuando al tráfico normal por los puestos fronterizos de carretera vascos se sumaron numerosos camiones que habían desviado su trayecto habitual para evitar el paso por La Junquera (Gerona) y los problemas derivados de la actitud hostil a la importación de productos españoles que mantienen los agricultores del Rosellón y otras zonas del sureste francés.
Como protesta por las molestias que estaban sufriendo, los camioneros españoles bloquearon el jueves por primera vez los pasos fronterizos, tanto en la autopista Bilbao-Beovia, corno en la carretera Irún-Hendaya.
Algunos camiones lograron cruzar la raya fronteriza ayer por la mañana, pero al comprobar que los aduaneros continuaban con su actitud de obstrucción hacia los vehículos de transportes de mercancías, los conductores españoles volvieron a bloquear completamente ambos puestos fronterizos.
A media tarde de ayer, las colas de camiones eran interminables en los dos puestos fronterizos. Las explanadas de aparcamiento estaban completamente ocupadas, y fuerzas de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Municipal de Irún habían organizado un servicio especial para canalizar el tráfico de vehículos pesados, que seguían llegando a las zonas fronterizas.
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