Tres escritores compiten hoy por un sillón de la Academia

Esta noche se votará, en sesión ordinaria de la Real Academia Española, a la persona que ocupará el sillón i minúscula, vacante tras la muerte de José María Pemán. Tres son los aspirantes en esta convocatoria: la novelista santanderina Elena Quiroga, la especialista en literatura infantil Carmen Bravo Villasante y el poeta José García Nieto. Asimismo, en la otra sesión del mismo día se proclamarán los candidatos a una de las plazas con las que va a ampliarse a diez el número de académicos. Según fuentes oficiosas, los candidatos a este nuevo sillón son Carmen Martín Gaite, Francisco García Pavón y Víctor Ruiz Iriarte.Hace quince días justos los candidatos al sillón i fueron proclamados en la primera de las dos juntas que los académicos celebran cada jueves. Cada uno de ellos había sido presentado, según el ritual, por un padrino y otros dos académicos más, y su candidatura debía ser aprobada por la Academia. Elena Quiroga fue propuesta por Pedro Laín Entralgo, Carmen Conde y Gonzalo Torrente Ballester; Carmen Bravo Villasante, por Manuel Alvar, Salvador Fernández Ramírez y Guillermo Díaz Plaja, y a José García Nieto le proponen Camilo José Cela, Manuel Díaz Alegría y Gerardo Diego.

Esta vez, según todos los indicios, la pelea va a ser reñida porque ninguno de los tres candidatos aparece como incontestable. De hecho, aunque el nombre de García Nieto había sonado otras veces para otros sillones, los de las dos mujeres han causado sorpresa en los medios literarios. El de Elena Quiroga, porque lleva varios años apartada de la edición, y el de Carmen Bravo Villasante porque sería la primera vez que alguien dedicado a un tema considerado menor, como es la literatura infantil y juvenil, tanto en el terreno de la creación como en el de la crítica y la erudición, formase parte de los inmortales.

Elena Quiroga, nacida en Santander pero afincada en Galicia desde la infancia, pertenece a ese grupo de mujeres no suficientemente estudiado que hicieron una novela entre lo testimonial y lo es trictamente psicológico, generalmente cuidada en el estilo, que renovó la manera de ver el tema femenino y que ahora puede encontrar sus frutos, no siempre reconocidos, en la llamada nueva literatura de mujeres. Carmen Laforet, Ana María Matute y Carmen Martín Gaite son, junto con Elena Quiroga, los nombres más sobresalientes de este grupo. Ganadora del Premio Nadal con Viento del Norte en 1951, mereció el de la crítica por Tristura, novela con la que abría una trilogía que había de continuar en Escribo tu nombre y que quedaría sin cerrar

Si el lado más conocido de Carmen Bravo Villasante la relaciona con la literatura infantil y juvenil, sobre todo desde el ángulo de la estudiosa, y concretamente de su historia, hay que decir que su actividad se ha movido también fuera de estos límites. Ensayos sobre escritores como Emilia Pardo Bazán, Juan Valera, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Galdós se completan con traducciones y ensayos sobre románticos alemanes. Su obra más importante es Historia y antología de la literatura infantil española, a la que siguió otra sobre la literatura infantil en castellano y más tarde otra sobre la universal. Mereció por estos trabajos el primer Premio Nacional de Literatura Infantil que concedió el Ministerio de Cultura.

En cuanto a José García Nieto, poeta garcilasista perteneciente a la llamada juventud creadora, se le puede considerar un animador de la cultura española de los años cuarenta, con la fundación de revistas como Garcilaso y más tarde Poesía Española, Acanto y Mundo Hispánico. Académico de la Real de Bellas Artes y de la de Historia de Toledo, miembro de número del Instituto de Estudios Madrileños, es en la actualidad presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su actividad ha estado, pues, entre el periodismo cultural y la poesía, que si al principio trataba de recuperar las formas clásicas de la supuesta poesía imperial española, es decir, de la del Siglo de Oro, más tarde, sin abandonar cierto clasicismo en la expresión, se destina a temas rigurosamente íntimos.