Una república apoyada en los tanques
El reino de Afganistán dejó de serlo en 1973; cuando fue abolida la monarquía, el soberano Zabir Shalí se exilió en Roma, y Mohamed Doaud proclamó la república y se convirtió en jefe del nuevo Estado. En 1977, la Gran Asamblea Nacional adoptó una nueva Constitución, y Daoud asumió la presídencia de la República. Meses más tarde, el 27 de abril de 1978, Daoud fue derrocado en un golpe militar y muerto junto con veinticinco miembros de la familia presidencial.Nur Mohamed Taraki asumió la presidencia de la República Democrática de Afganistán. El poder político se repartía entre dos grupos prosovíéticos, Kjalq y Parcham, cuya hipotética reunificación intentó dar fuerza al Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA).
En febrero de 1979, con el asesinato en el hotel Kabul del embajador norteamericano, el ministro de Exteriores, Amin, decidió, influido por EE UU, descomponer el partido, e influyó sobre Taraki para que pusiera a la faccion Parcham en la oposición; asimismo, envía a los dirigentes de este grupo como embajadores al extranjero, entre otros a Babrak Karmal, que había sido viceprimer ministro.
Pocos meses despues, Amin es nombrado primer ministro, y se apresura a afirmar que el PDPA no será nunca un partido marxista. El 27 de diciembre, en un nuevo e incruento golpe de Estado, Babrak Karmal se hace el hombre fuerte, y solicita la intervención soviética. Desde entonces el Ejército soviético domina el país y se inicia una larga lucha interna, con la resistencia de los campesinos y religiosos, y externa, en la que las fuerzas contrarrevolucionarias combaten desde la frontera paquistaní. La situación geográfica de Afganistán, país fronterizo con la Unión Soviética, Pakistán, Irán y China, representa una zona estratégica que la URSS no está dispuesta a abandonar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.