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EE UU y la URSS deben fijar exactamente el tipo de armamento sobre el que negociarán en Ginebra

Soledad Gallego-Díaz

Las delegaciones de Estados Unidos y de la Unión Soviética en pleno (jefe, cinco miembros y cuatro consejeros por cada lado) iniciaron ayer las negociaciones para la reducción de armamento nuclear en Europa. Según el portavoz norteamericano, Henry Grady, el ritmo de trabajo será de dos reuniones por semana, alternando como sede un local estadounidense y otro soviético.

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Las divergencias fundamentales que separan a Washington y Moscú quedan de relieve incluso a nivel de terminología. Los norteamericanos denominan el tema de las negociaciones como fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF), mientras que los soviéticos le conceden un alcance más amplio: armamento nuclear en Europa.El primer punto que deberán solucionar las dos delegaciones será fijar exactamente el tipo de armamento nuclear sobre el que se va a negociar. Las discusiones a este respecto se pueden prolongar durante semanas o meses, ya que son de una importancia fundamental. Se podría decir que un acuerdo sobre la lista de armas a negociar -misiles nucleares y aviones de cierta autonomía de vuelo capaces de transportar cabezas atómicas- sería ya un éxito.

Diálogo sobre corbatas

La primera sesión auténtica de trabajo (el lunes fue la apertura oficial) se inició a las once de la mañana en una mesa rectangular con amplias ventanas sobre el lago Leman. Los dos jefes de delegación, Paul Nitze y Yuli Kvizinski, volvieron a posar ante los fotógrafos al frente de sus equipos. La reunión duró dos horas y media.

A falta de información sobre los primeros puntos a tratar (ambos diplomáticos se han puesto de acuerdo para no proporcionar ninguna), Nitze y Kvizinski brindaron a los periodistas un breve diálogo a propósito de sus respectivas corbatas. "La mía", dijo el soviético, "reproduce el emblema de las conversaciones de Viena sobre fuerzas convencionales en Europa". "La mía", explicó el norteamericano, "es de las primeras conversaciones SALT para limitación de armamento nuclear estratégico". Nitze fue uno de los artífices de las SALT I, pero también uno de los principales detractores de la segunda ronda, firmada por el anterior presidente norteamericano, Jimmy Carter, que no obtuvo nunca la ratificación del Senado.

A la hora de sentarse a la mesa de conversaciones, cada delegación tendrá diez miembros, además de los intérpretes. Sin embargo, en retaguardia tendrán el apoyo de otros muchos expertos. Los soviéticos, por ejemplo, llegaron a Ginebra con un equipo de treinta personas, que se supone que permanecerán aquí -con posibles relevos, según los temas que se vayan tratando- durante todo el tiempo que duren las conversaciones. Los norteamericanos nutren sus filas con miembros de las secretarías de Estado y de Defensa de la Agencia para el Control y Desarme.

El grueso del equipo de apoyo permanecerá, sin embargo, en Estados Unidos, con eventuales viajes a Suiza para preparar los distintos informes.

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