Rafael Soler ganó el Premio Cáceres de novela corta

El escritor valenciano radicado en Madrid Rafael Soler Medem ha ganado la séptima edición del Premio Cáceres de novela corta. con su obra El corazón del lobo, imponiéndose en la votación final, con tres votos de diferencia, a Juan Manuel Oliver Cabañes y su novela Historia verdadera de un suceso extraordinario ocurrido junto a la ciudad de Nápoles.

Quince fueron las obras que accedieron a esta final, de las 109 que concurrieron al certamen. Como resumen de lo que ha sido esta participación cabría decir, en palabras de Ricardo Senabre, miembro del jurado, que «si hay algo que destacar son los intentos por conseguir novelas con organizaciones formales nuevas, huidos de la narración tradicional».

Rafael Soler, de 34 años, es irigeniero técnico y sociólogo que se dedica profesionalm ente al urbanismo. Su primera novela, El grito, ganó en 1979 el Premio Ambito Literario. Ya en la pasada edición del Cáceres quedó en tercera posición su obra La vuelta, lo que le decidió a presentarse este año, «ya que dentro del panorama de los premios literarios, el Cáceres tiene prestigio y solidez».

En El corazón del lobo hay, según Senabre, «una continua interferencia de temas narrativos y un variado registro de técnicas y perspectivas». Según ha declarado a EL PAIS su autor, la novela «nace como un deseo de insistir en la temática ya trazada en El grito, las relaciones de una pareja contadas desde la interiorización que de ellos hacen cada uno de los protagonistas, cuidando especialmente la forma de narrarlo».

Inicialmente, según Rafael Soler, El corazón del lobo era «una novela larga que, poco a poco, y a lo largo de quince meses de trabajo, se fue descarnando de anécdotas, hasta reducirse a lo esencial: incomunicación, deterioro y búsqueda fallida de las claves que justifican el aparente fracaso de los personajes».

Esta segunda novela de Rafael Soler será publicada bajo los auspicios del Ministerio de Cultura en enero próximo, y supone un nuevo camino para este autor, que ha buceado en otras formas expresivas desde su primera novela, introduciéndose en los cuentos, las narraciones breves y la poesía, aunque siempre en una labor de búsqueda de nuevas formas expresivas.