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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los argentinos en España

Mariano Aguirre, argentino exiliado en Europa desde 1974 -esto es, mucho tiempo antes de la derrota política-, funcionario de la Comisión Española de Avuda al Refugiado (CEAR), se refiere en un artículo publicado en EL PAIS del 30 de octubre de 1981 a las dificultades existentes para la integración de los argentinos -sean refugiados políticos o migrantes económicos- en la sociedad española.Pasa a la página 10

Los argentinos en España

Viene de la página 9

Deploramos, como exiliados políticos, el artículo de Aguirre: su visión superficial, ciertas ambigüedades complacientes y, sobre todo, el paternalismo distante y grandilocuente con el que pretende escamotear la esencia del problema: nuestro derecho como ex¡¡lados a integrarnos plenamente en la sociedad española desde nuestra identidad cultural, política e histórica, con ejercicio pleno -e igualitario, por cierto, con respecto a los pueblos de España- de acceder al trabajo, la salud, la cultura, la vivienda y la Seguridad Social. Y ese derecho es hoy objeto de una campaña discriminatoria y xenófoba en desarrollo, por lo cual la cuestión de los refugiados latinoamericanos se convierte en uno de los problemas de la construcción de la democracia en España.

Pero nuestro propósito no es polemizar con Aguirre. Tampoco perturbar las relaciones con la CEAR, cuyos directivos han demostrado sensibilidad -con las dificultades del exilio argentino, así como coincidencias sobre la naturaleza sustancial del caso.

Como exiliados -es decir, argentinos que vivimos enel exterior pero compartimos la lucha de nuestro pueblo contra la tiranía militar de Videla y Viola-, señalamos nuestra preocupación por una afirmación que Aguirre, desde la cúspide de su autosuficiencia, anota en su artículo: "...y muchos argentinos estafan apelando a la solidaridad'.

Hace unos días, en una reunión pública que una delegación de las Madres de la Plaza de Mayo mantuvo con un grupo numeroso de exiliados, estas heroicas mujeres -símbolo vivo de la resistencia popular argentina- expresaron el reconocimiento del pueblo en Argentina por las tareas de solidaridad antidictatorial que los exiliados cumplimos en el exterior.

Unas semanas atrás, ese mismo criterio fue anunciado, también públicamente, por Ja ex diputada nacional Nilda Garré, militante de Intransigencia Peronista, sector interno del peronismo que está abiertamente enfrentado a la tiranía militar.

Si Aguirre sabe quiénes son los argentinos que han estafado apelando a la solidaridad, debe decirlo públicamente para que no se desvirtúe la lucha de quienes, como nosotros, colaboramos con toda humildad, pero consecuentemente, con nuestro pueblo desde el exilio, para aislar a la dictadura genocida, a canalizar la ayuda de las Madres de la Plaza de Mayo, a requerir la solidaridad en Madrid con las luchas populares para recuperar a nuestros presos políticos y a nuestros compañeros desaparecidos.

Si Aguirre conoce a los presuntos estafadores -que seguramente serán los mismos que secuestraron a Quini o monopolizan los puestos de venta en el Rastro-, hará bien en denunciarlos públicamente ante el exilio argentino. Pero si no sabe, o no quiere hacerlo, lo mejor es que de una vez y por largo tiempo, y por vergüenza, Aguirre se llame a guardar un piadoso-y celosísimo silencio, como ejercicio penitente por tanta irresponsabilidad./

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