Los fuegos artificiales dibujaron en Málaga la paloma picassiana
La gran participaron popular fue la nota más destacada de los actos celebrados el pasado domingo con motivo del centenario del nacimiento de Picasso. La plaza de la Merced, donde está situada la casa natal del pintor, estuvo todo el día llena de gente que, en un ambiente festivo, participaba en todos los actos programados. Por la mañana, en el Conservatorio de Música, con la presencia del ministro de Cultura en representación del Rey, del subdirector general de la Unesco y las primeras autoridades malagueñas, se celebró el acto oficial del homenaje nacional a Picasso.
A nivel popular, los actos más importantes de la jornada fueron el descubrimiento de una lápida realizada por el escultor Ortiz de Berrocal, en la casa donde nació Picasso, y una vista de fuegos artificiales que iluminó el cielo de la ciudad justamente a las 23.15 horas, hora en que se cumplían los cien años del nacimiento del pintor malagueño. La pirotecnia dibujó en el aire la paloma de Picasso.El homenaje nacional a Picasso tuvo una gran brillantez. En la primera parte, el alcalde de Málaga, Pedro Aparicio, recordó que el gran objetivo de los actos programados en honor de Picasso no era otro que «recuperar para el conocimiento y el sentimiento colectivos de los malagueños el honroso paisanaje de quien ha sido la principal figura haciendo arte del siglo».
Lamentó el alcalde que la exposición antológica de Picasso no hubiera sido montada en Málaga y expresó en nombre de la ciudad el «intenso e intransferible sentimiento de orgullo porque nuestro nombre, nuestra luz y nuestro mar estarán siempre unidos a la figura de Picasso, y porque hemos dado a España y al mundo uno de los más grandes genios de la creación artística del siglo XX».
Apoteosis de Guillén
En el acto hablaron también el pintor Enrique Brinkmann, el escultor Ortiz de Berrocal y el poeta Jorge Guillén. Este último, que vive en Málaga y que por razones de edad apenas sale de su casa, fue recibido apoteósicamente por el público que llenaba la sala. El autor de Cántico leyó unas cuartillas en honor de Picasso finalizadas con estos versos: «Picasso no pertenece a la historia / que pasa. Quedará para siempre. /Picasso, suprema figura,/libre genialidad creadora».Intervinieron también en la primera parte de este acto el director general de Bellas Artes, Javier Tusell, y el subdirector general de la Unesco, Antonio Pasqualli. El ministro de Cultura, Iñigo Cavero, cerró el capítulo de discursos. «Estoy seguro», dijo el ministro, «de que si el artista viviera en esta España de la libertad, que la voluntad mayoritaria del pueblo ha querido, nos daría hoy, con la fuerza y el vigor de su personalidad, una palabra de esperanza y alegría para seguir fieles en libertad al gran legado artístico de España».
La jornada conmemorativa del centenario de Picasso se había iniciado con la inauguración, a primeras horas de la mañana, de un museo de esculturas al aire libre en el paseo marítimo, bautizado con el nombre de Pablo Ruiz Picasso. La primera escultura de este museo es una figura de Picasso, obra de la escultora malagueña Machu Harras.
El descubrimiento de la lápida conmemorativa en la fachada de la casa natal del pintor fue seguido de una espectacular suelta de palomas las palomas de la plaza de la Merced, que tantas veces pintara Picasso, acogidas con una larguísima ovación de los malagueños, que simbolizaban con su aplauso el homenaje de la ciudad. Posteriormente, fueron inauguradas dos exposiciones en el Museo de Bellas Artes: Picasso y los toros y Málaga y Picasso, y presentadas las obras Libros sobre Picasso en el Museo de Málaga, interesante recopilación del legado de Sabartés a Málaga, y Málaga y Picasso.
Por la tarde, en la plaza de la Merced, se sucedieron los actos en honor de Picasso, iniciados con un discurso del alcalde en el que expresó su deseo, su esperanza y su compromiso, en nombre de la ciudad, de que «nunca más haya que esconder el arte; que nunca más se persiga el genio; que nunca más muera un malagueño fuera de Málaga, un andaluz fuera de Andalucia, un español fuera de España porque no pueda o no quiera volver a su cuna en razón de sus ideas, de sus talentos o de sus miserias».
Y, como final, a las 11.15 horas, los fuegos articiales que dibujaron una paloma iluminada en el claro cielo malagueño. Era el reencuentro de Málaga con un malagueño llamado Pablo Ruiz Picasso.
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