El "número dos" del KGB destaca los éxitos de su organización contra los disidentes de la URSS
El general Semyon Tsvigun, primer vicepresidente del Comité de Seguridad del Estado (KGB -servicio de contraespionaje, inteligencia y policía política soviética-), ha mostrado su satisfacción por el triunfo obtenido en su lucha contra los movimientos disidentes, y ha advertido que Occidente trata de sustituir estos por formas subversivas de nuevo cuño, entre las que cita las labores propagandísticas llevadas a cabo por "organizaciones reaccionarias islámicas".En un artículo publicado en el último número de la revista Kommunist, órgano teórico del Partido Comunista de la Unión Soviética, el general Tsvigun afirma que las actividades subversivas contra la URS S crecen paralelamente al aumento de la tensión internacional, pero que el KGB está dispuesto a actuar con decisión para refrenar cualquier manifestación de disidencia ideológica.
Según el segundo jefe de los servicios de inteligencia de la URSS, Occidente esperaba que aparecieran nuevos líderes en la Unión Soviética que encabezaran la lucha contra el régimen. Sin embargo, añadía Tsvigun, "como resultado de las medidas tomadas por el KGB, llevadas a cabo en estricta conformidad con la ley y bajo la dirección de los órganos del partido, fracasaron los intentos de crear una organización cohesiva sobre la base del antisocialismo, a pesar del importante apoyo prestado por Occidente".
"Labor profiláctica"El KGB, agrega Tsvigun, condujo a los tribunales a. los elementos antisociales más activos y realizó una labor profiláctica con aquellos otros que simplemente "habían sido , engañados y desorientados".
Esta actuación del KGB relatada por Kommunist parece ser la tarea de desarticulación realizada durante los do s últimos años contra el grupo disidente de vigilancia de los acuerdos de Helsinki, cuyo líder más conocido, el premio Nobel Andrei Sajarov, se encuentra confinado en la ciudad industrial de Gorki desde hace más de quince meses.
El general Tsvigun añadía en su artículo que tras este fracaso de los servicios de inteligencia occidentales, éstos intentaban encontrar nuevos métodos. Así, algunas "organizaciones reaccionarias islámicas" tratarían de utilizar acontecimientos como los de Irán y Afganistán para intensificar su tarea propagandística.
Durante los últimos tiempos, la Prensa occidental ha hecho referencia a la posible influencia que los movimientos islámicos podrían tener sobre la población musulmana del Asia central soviética, pero este reconocimiento de la existencia de algunas 'organizaciones reaccionarias islámicas" es, posiblemente, una de las primeras alusiones hechas al tema en la Prensa soviética.Dentro de la disidencia religiosa, el general Tsvigun destaca también el papel desempeñado por "grupos religiosos místicos" occidentales, que tratan de influir en la juventud de la URSS. El vicepresidente del KGB pone en guardia a los jóvenes frente a la propaganda extranjera que les invita a aumentar su protagonismo social y les sugiere que el modelo soviético necesita ser mejorado y democratizado.A través de la música pop y del estilo de vida occidental, afirma el general Tsvigun, "el enemigo de clase" obtiene ciertos éxitos entre algunos grupos aislados de jóvenes que mantienen contactos criminales con extranjeros o tratan de crear actividades culturales paralelas a las oficiales.
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