Reflexiones después de un debate

Cuando los diputados se sentaron en sus escaños para comenzar la primera sesión del pleno de la colza se notaba en el ambiente una cierta expectacion que calificaríamos de "esperanza". Al fin, gracias a la democracia, el ciudadano podría pedir explicaciones y responsabilidades.Lo discursos políticos se sucedían sin que ni la oposición ni el Gobierno aclarasen ninguna cuestión de importancia; uno tenía la sensación de estar asistiendo a un show en el que uno preguntaba lo que quería y el otro le respondía lo que le daba la gana; los discursos preparados de antemano se leían correlativamente, sin que -Importara en absoluto lo que había dicho el predecesor en el uso de la palabra.

Lo que allí sucedía contrastaba con lo que en la calle se estaba viviendo por las personas afectadas, que seguían padeciendo las consecuencias físicas, psíquicas, económicas y de todo tipo de envenenamiento mortal. Mientras en el Parlamento se especulaba y se jugaba con la palabra, en ocasiones de forma confusa e ininteligible, los partidos, preocupados teóricamente por el tema y alzándose ahora como salvadores de la situación del consumidor, se pasaban la pelota como si de un partido de fútbol se tratara. De hecho, fue José María García el que desde la SER terminó el debate comunicando el resultado de cinco a cero a favor del Gobierno.

El caso más sangrante, a nuestro juicio, fue que el Gobierno presentó unos minutos antes un libro blanco al que se refirió continuamente, tratando en todo momento de eludir una responsabilidad a todas luces evidente. ¿Cómo, habíendo aceptado una responsabilidad económica, no acepta una responsabilidad política? ¿Qué condiciones deben darse para que unos ministros dimitan?

Por otra parte, presentar ahora de forma relámpago una ley del Consumidor, exigida y deseada por las asociaciones de consumidores sin que previamente los propios consumidores, a través de sus organizaciones, hayan podido opinar y participar en su redacción, raya en lo inconstitucional, ya que el artículo 51 de la Constitución habla claramente del derecho de información y audiencia. ¿Dónde están las promesas del Gobierno, y más concretamente de los directores generales en este sentido? ¿Para qué sirve el Consejo Asesor del Consumo si en un tema tan fundamental no se reúne? ¿Cuántas muertes más serán necesarias para que se considere en su justa medida las peticiones de las organizaciones de consumidores?/ miembros del Consejo Asesor del Consumo. Organizaciones de Consumidores de Cantabria y Cataluña.