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Haig y el príncipe saudí Fahd hablarán hoy en Málaga de la situación en Oriente Próximo

La entrevista que celebrarán hoy en Málaga el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, y el príncipe Fahd de Arabia Saudí se produce apenas un mes después de que el heredero del trono y hombre fuerte del reino saudí anunciara un plan de paz para Oriente Próximo que contiene alguna novedad de importancia y ofrece una hipotética alternativa para los renqueantes acuerdos de Camp David.

Haig realizará hoy una breve escala técnica en España, camino de Yugoslavia y de la República Federal de Alemania. En la RFA, Haig continuará las consultas con Bonn, de cara a las negociaciones con la URSS sobre euromisiles. Un portavoz español comentó la satisfacción del Gobierno ante el hecho de que dos políticos de países amigos se entrevisten en nuestro territorio. Fuentes de Exteriores han descartado que la escala de Haig sea aprovechada para un contacto con diplomáticos españoles. El plan de paz presentado por Fahd supuso el primer llamamiento a la negociación directa entre israelíes y palestinos hecho por el influyente régimen de Riad. En la propuesta se reconoce el derecho a la existencia del Estado de Israel, aunque a cambio de la creación de un Estado palestino independiente en los territorios ocupados de Cisjordania, Gaza y el sector oriental de Jerusalén.

La iniciativa de Fahd, aunque importante, no es comparable a la histórica decisión de reconocer a Israel tomada por Anuar el Sadat en 1977 y que llevó a los acuerdos de Camp David, ahora bloqueados ante la difícil cuestión de la autonomía palestina. El dirigente saudí ha pedido expresamente a Washington que reconozca el fracaso de aquellos acuerdos y que patrocine una solución basada en su propio proyecto de paz.

Anunciado en Riad el pasado 7 de agosto, el plan de paz saudí consta de los siguientes puntos principales: 1. Retirada israelí de todos los territorios ocupados en la guerra de 1967. 2. Retirada de todos los asentamientos de población judía en Cisjordania y la franja de Gaza. 3. Garantías de libertad de cultos en esas zonas. 4. Reconocimiento de los derechos de dos millones de refugiados palestinos, que podrán optar por la repatriación o la compensación. 5. Período de transición de varios meses, bajo tutela de las Naciones Unidas, en Cisjordania y Gaza. 6. Establecimiento de un Estado palestino independiente, con el sector Este de Jerusalén como su capital.

Rechazado por Israel y Sadat

El plan saudí fue rechazado inmediatamente por Israel, que considera inadmisible la creación de un Estado palestino en el área. Pero aunque alguno de los halcones del Kneset (Parlamento) calificase el plan como un proyecto dirigido a "desmantelar Israel por etapas", la disposición saudí a favor de un acuerdo negociado con Israel fue recibida en Tel Aviv con discreta satisfacción. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que recibe importantes ayudas económicas y valioso apoyo político de Riad, se mostró en principo favorable al plan saudí, que coincide en líneas generales con el proyecto de consecución de un acuerdo pacífico en Oriente Próximo presentado recientemente por la OLP en un seminario de las Naciones Unidas sobre la cuestión palestina.

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Coinprometida a seguir adelante con el proceso de Camp David, la Administración Reagan no reaccionó abiertamente ante el plan saudí, si bien diversos altos funcionarios expresaron su opinión de que esta iniciativa puede contribuir a romper el actual punto muerto. Alexander Haig se entrevistará con el príncipe Fahd cuando Menájem Beguin continúa en Estados Unidos y poco después de que el presidente egipcio, Anuar el Sadat, ahora dedicado a deshacerse de la oposición, se entrevistase con Reagan el mes pasado.

El encuentro de Málaga tiene lugar también después de que el Gobierno norteamericano haya levantado el embargo impuesto a la venta de aviones de combate a Israel, tras la incursión de la aviación hebrea contra el reactor atómico iraquí, y cuando Reagan se ha decidido por fin a dar en el Congreso la batalla para conseguir el visto bueno del legislativo a la venta a Arabia Saudí de cinco de los sofisticados radares volantes Awacs y de modernos aviones de caza.

Haig deberá explicar a su interlocutor el alcance del "acuerdo estratégico" anunciado el miércoles en Washington por Reagan y Beguin y dirigido a frenar "el expansionismo soviético en Oriente Próximo". Hace sólo unas semanas que Haig cesó al embajador norteamericano en Riad, Robert Neumann, quien había criticado la política de su secretario de Estado en la región, a la que juzgó favorable a Israel y muy perjudicial para los países árabes moderados.

Además del tema principal de la participación saudí en la búsqueda de un acuerdo pacífico en Oriente Próximo y del no menos importante de las ventas de armas norteamericanas a Arabia Saudí, Haig y Fahd tratarán previsiblemente en su encuentro de otros,temas, entre ellos la sítuación en el golfo Pérsico y en el norte de Africa. La cuestión del Sabara occidental estará en la agenda, después de la entrevista celebrada el jueves en Rabat por el príncipe Fahd y el rey de Marruecos, Hassan II.

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