La ley de Financiación, objetivo prioritario del Ministerio

La aprobación de las leyes de Autonomía Universitaria y de Financiación de la Enseñanza Obligatoria constituyen, al comienzo del nuevo curso, las principales preocupaciones legislativas del ministro de Educación y Ciencia, Juan Antonio Ortega, quien ayer hizo balance de su primer año de gestión al frente de su departamento en amplias declaraciones a Efe. La profunda reforma de la Administración educativa, en pleno proceso de realización en estos momentos; la culminación del proceso de transferencias a las comunidades autónomas; una política compensatoria en materia de inversiones, que prima a las regiones más débiles; la iniciación del proceso de reforma de las enseñanzas medias con la publicación de un documento base, que se ha sometido a consulta de todos los sectores afectados, y la disminución, en un año, de la edad de jubilación de los maestros, son algunas de las realizaciones concretas que el ministro puso de relieve.

El tema de la anticipación de la edad de jubilación del profesorado estatal de EGB, concretado en un proyecto de ley pendiente de tramitación por las Cortes, constituye uno de los principales motivos de descontento del sindicato FETE-UGT, puesto de manifiesto por su comisión ejecutiva, precisamente al mismo tiempo que Juan Antonio Ortega hacía estas declaraciones, como se informa en estas mismas páginas.

El ministro hizo hincapié en el cumplimiento, durante su primer año de gestión, de dos de los objetivos prioritarios anunciados por él en el Congreso al hacerse cargo del departamento, que eran, a su vez, objetivos principales de la política general del Gobierno. Se refería, concretamente, a la lucha contra el paro y la puesta en marcha del Estado de las autonomías. Respecto al primero de estos objetivos, Juan Antonio Ortega señaló que gran parte de la política de inversiones económicas en materia educativa ha gravitado sobre el mismo.

En cuanto a la futura ley de Autonomía Universitaria, el ministro afirmó que no podía esperarse de ella la solución de todos los problemas que en estos momentos tiene planteados la universidad española, pero sí que puede contribuir de forma decisiva a que aquélla inicie la transformación que necesita.