Napoleón Duarte critica el reconocimiento de la guerrilla por Francia y México

El reconocimiento político de la guerrilla salvadoreña por parte de México y Francia forma parte de una estrategia comunista, ha declarado el presidente de la Junta de El Salvador, José Napoleón Duarte. "Ha sido un error del Gobierno mexicano prestarse a este juego", añadió. "Ahora vendrá el apoyo en bloque de los países comunistas, como ha ocurrido siempre en las Naciones Unidas". Mientras el presidente Duarte, visiblemente molesto, realizaba esas declaraciones a una cadena mexicana de televisión, su embajador ante la ONU, Mauricio Rosales, entregaba una nota formal de protesta al presidente del Consejo de Seguridad.

El Gobierno salvadoreño considera la declaración franco-mexicana como una "flagrante violación" del principio de no intervención. La oposición de los dos países se califica como contradictoria, al tiempo que se advierte que una intervenión de la ONU en el conflicto saladoreño "constituirá un precedente nefasto". En este mismo sentido, el presidente Duarte declaró que el documento de Francia y México puede brir la puerta para que, a partir de este momento, cualquier Gobierno pueda reconocer a un grupo terrorista que opere en otro país. "¿Qué pasaría si alguien reonociese a un grupo que opere en el territorio mexicano?" El presidente de la Junta salvadoreña no quiso pronunciarse acerca de una eventual ruptura de relaciones diplomáticas con los Gobiernos que han reconocido a la guerrilla.

Dijo que era necesario mantener el diálogo y a través de la pequeña pantalla pidió al presidente López Portillo que escuche a la Junta antes de tomar ninguna decisión.

El presidente de México, que leyó ayer ante las cámaras legislativas su quinto informe de Gobierno, insistió en que el reconocimiento de la oposición popular salvadoreña, a la que calificó de "auténticamente representativa y participante insustituible en el proceso de pacificación de aquel país", se ha hecho dentro de un contexto de preocupación por los riesgos que supone la internacionalización de la guerra civil.

Por encima de la declaración conjunta con Francia, el presidente mexicano avanzó un paso más al manifestar que "estamos llevando a cabo consultas con los demás integrantes del Consejo de Seguridad para propiciar una solución a esa crisis".

Por parte del Gobierno mexicano, esta declaración de López Portillo supone un implícito reconocimiento de que las Naciones Unidas deben jugar un papel pacificador en la guerra civil salvadoreña, algo que hasta ahora ni siquiera los líderes de las fuerzas guerrilleras habían defendido.

La reacción más feroz contra el documento franco-mexicano se ha producido en Guatemala, cuyo Gobierno teme que el proceso pueda repetirse en su país, donde la guerrilla ha intensificado sus acciones durante el último mes, hasta el punto de que varios departamentos viven una virtual guerra civil. Dirigentes de partidos ultraderechistas guatemaltecos se han manifestado incluso porque se suspenda la entrevista del día 5 de septiembre entre los presidentes de Guatemala y México.

La cancillería guatemalteca se ha limitado por ahora a señalar que no puede comentar la posición de México y Francia respecto a El Salvador, porque "respeta el principio de no intervención".

Portavoces del Gobierno guatemalteco han manifestado extraoficialmente que la declaración franco-mexicana supone un acto "poco amistoso" hacia Guatemala, en particular por parte de México "que pretende mantener una paternidad,sobre Centroamérica".

El presidente de Venezuela, Luis Herrera Campins, se ha sumado a los críticos de la declaración y ha dicho que el comunicado "parece encuadrar un propósito de intervención en El Salvador". Añadió que el Gobierno venezolano se opone a la intervención de Estados Unidos y de cualquier otra nación. La actitud franco-mexicana es "muy grave" y motivo de preocupación para su Gobierno.

Estas declaraciones del mandatario venezolano han coincidido con una visita oficial a este país del ministro salvadoreño de Asuntos Exteriores, Fidel Chávez, quien ha calificado la declaración conjunta franco-mexicana como "intervencionista".

El presidente del Frente Democrático Revolucionario, Guillermo Ungo, ha declarado, pqr su parte, que la decisión de Francia y México alentará a otros Gobiernos latinoamericanos no represivos a revisar su política de apoyo a la Junta. Consideró que las fuerzas gubernamentales están perdiendo la guerra y dijo, por último, que no puede haber elecciones libres en El Salvador si no hay antes un Gobierno democrático y para esto son necesarios cambios fundamentales de orden político, económico y social, que creen las condiciones necesarias para que pueda ser respetada la voluntad popular.