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Estados Unidos prepara un gigantesco plan de modernización de su arsenal atómico

La fabricación de la bomba de neutrones no es más que una pequeña parte de un gigantesco plan de modernización de las armas atómicas norteamericanas que está elaborando la Administración Reagan, y que tiene por meta compensar de aquí a finales de la década de los ochenta la actual superioridad estratégica de que goza la Unión Soviética. El plan prevé la instalación del nuevo misil balístico intercontinental MX en aviones diseñados especialmente para ello, la construcción de un nuevo bombardero capaz de penetrar en territorio soviético y el desarrollo del submarino nuclear Trident

El presidente Ronald Reagan se reunirá el jueves de la semana que viene en su rancho de Santa Bárbara (California) con todos sus principales estrategas, asesores civiles y militares y miembros del Consejo Nacional de Seguridad para estudiar en profundidad los detalles de ese plan monstruo. El ministro de Defensa, Caspar Weinberger, cuya influencia en el Gobierno norteamericano es cada vez mayor, expondrá sus proyectos a los asistentes. Las líneas maestras del programa fueron publicadas en exclusiva ayer por el diario The New York Times. Sus puntos básicos son los siguientes:1. Fabricación de un nuevo tipo de avión, bautizado como Big Bird (Pájaro Grande), que transportará los misiles balísticos intercontinentales MX. El gran pájaro será capaz de volar 48 horas seguidas sin necesidad de repostar. Pesará muy poco y estará dotado de motores turbo, que permitirán que gaste diez veces menos gasolina que los actuales aparatos.

2. La segunda parte del plan de reforzamiento nuclear es la fabricación de un nuevo bombardero atómico, una versión actualizada del antiguo B-1, con la incorporación de la nueva tecnología Stealth, que hace que los aviones de Estados Unidos sean indetectables por los actuales radares de la Unión Soviética.

3. Acelerar la fabricación de los submarinos atómicos Trident, para que en 1986 la marina norteamericana disponga de ocho de ellos, capaces cada uno de transportar veinticuatro misiles con un alcance de 7.400 kilómetros. Esos misiles, según los planes de la Administración Reagan, podrán destruir las armas atómicas soviéticas dentro de sus silos o refugios.

4. La última parte del proyecto dispone la mejora del sistema de comunicaciones del Ejército norteamericano.

El plan dispone la fabricación de satélites gemelos, idénticos a los que pueblan el espacio, con el fin de ocultarlos en refugios subterráneos y tan sólo sacarlos en el caso de que la Unión Soviética destruya los otros. Las estaciones de radio serán móviles y no permanecerán nunca en un mismo lugar durante mucho tiempo seguido, para hacer más dificil su destrucción por las armas del enemigo.

Uno de los objetivos de este ambicioso plan, que costará a Estados Unidos 200.000 millones de dólares, un 13%, de los 1.500 billones de dólares que la Administración tiene previsto invertir en defensa en los próximos cinco anos, es hacer posible que el Ejército norteamericano combata a la vez una guerra nuclear, una guerra convencional en diversos frentes y además pueda responder eficazmente a ataques terroristas aislados.

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