Abderrahim Buabid, líder de la oposición socialista: "Nos da igual que disuelvan el Parlamento"
Abderrahim Buabid, líder de la oposición socialista marroquí, 59 años de edad, cuarenta de ellos en la vanguardia del nacionalismo independentistá primero y del combate por la democracia después, es un viejo lobo de la política. Alto, delgado, abogado de profesión, habla con el tono declamatorio de los hombres muy acostumbrados a las tribunas.Los graves sucesos de Casablanca de finales de mayo le sorprendieron en París, donde se trataba una vieja afección ocular.
Pregunta. ¿Cree usted que Marruecos se encamina hacia un nuevo período de excepción, de supresión de las libertades públicas, de disolución del Parlamento?
Respuesta. El estado de excepción no es necesario. Lo que hace falta es restablecer las libertades públicas, liberar a los prisioneros, devolvernos los locales de la Central Democrática de Trabajadores (CDT) y de nuestro partido, clausurados tras los sucesos de Casablanca, porque eso contribuirá a restablecer la calma relativa. Es necesario revocar las alzas de precios injustas. En cuanto al Parlamento, nos es absolutamente igual que lo disuelvan o no, porque en realidad no existe. Sabemos que existen muchos adversarios de este proceso democrático, por limitado que éste sea. Si los gobernantes quieren ponerle fin, ellos asumirán la entera responsabilidad. Esta democracia, por imperfecta que fuese, era la única que podía ayudar a Marruecos a tener una imagen internacional más o menos aceptable.
P. Mil muertos, como afirma la oposición, o 66, como sostiene el Gobierno, parecen, en cualquier caso, muchos muertos para reprimir una huelga económica. ¿Qué pasa en Marruecos?
R. Desgraciadamente, no hubo, 66 muertos, sino varios tientos. No podemos saberloexactamente porque el Gobierno se niega a que sean investigados los sucesos del 20 y 21 de junio pasado en Casablanca. Nosotros hemos solicitado que se cree una comisión parlamentaria de investigación, como ocurriría en cualquier país tras unos acontecimientos tan, graves. El verdadero responsable es el Gobierno, por haber decidido unas alzas de precios repentirias e irresponsables, que hacen que el hombre de la calle carezca de medios para vestirse, pagar el alquiler de su vivienda o satisfacer las necesidades mínimas. Todo va ahora a la cesta de la compra. Eso en el caso de los que tienen el privilegio de trabajar.
P. ¿Cómo califica usted la represión que siguió a las huelgas en un país que se dice democrático?
R. Bueno, eso demuestra la extrema fragilidad de nuestra democracia. Los incidentes pudieron evitarse. La Central Democrática de Trabajadores, antes de convocar la huelga, pidió audiencia al primer ministro, con la intención de obtener garantías de que las alzas de los precios serían anuladas o alguna otra promesa. El Gobierno no creyó necesario responder. Todo ello permite preguntarse si es que acaso no se buscaba un pretexto para desmantelar la CDT, que es, en realidad, el verdadero sindicato de los trabajadores.
El ministro del Interior acusó el jueves pasado a la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) de ser la instigadora de los desórdenes. Eso es absolutamente falso. No hubo ningún desorden grave hasta que las fuerzas del orden no intervinieron brilal y violentamente, con instrucciones de disparar sin previo aviso.
"No parece que se vaya a una solución pacífica en el Sahara "
P. El ministro del Interior ha dicho también que ustedes prepararon mal la huelga, que no la encuadraron y que no la pudieron controlar. Esa es la opinión también de otras, fuerzas de la oposición.
R. La huelga tuvo pleno éxito en el sector público, semipúblico y en las fábricas. Los disturbios tuvieron lugar en los barrios populares periféricos de Casablanea, donde están los parados, los jóvenes sin ocupación. En esos barrios, desde muchos meses antes de la huelga, a partir de una cierta hora de la tarde la gente no se atreve a salir a la calle. ¿Qué podía la CDT contra esa cólera espontánea?
P. ¿Tiene usted la impresión de que la USFP y la CDT han sido desmanteladas tras las huelgas?
R. Pienso que con la política actual del Gobierno, la USFP y la CDT no pueden más que reforzarse. Todos los dirigentes de la CDT están presos. Más de doscientos cuadros de la USFP, también. Nos veremos probablemente disminuidos en nuestra acción momentáneamente, pero encarnaremos mucho más fuertemente las aspiraciones populares.
P. ¿Qué piensa usted del referéndum sobre el Sahara, aceptado por el rey Hassan II en Nairobi?.
R. Todavía no hemos tomado posición oficialmente, porque sólo conocemos las informaciones, contradictorias, de la Prensa. Hemos pedido al Ministerio del Exterior que informe al Parlwmento del contenido de las resoluciones oficiales aceptadas por Marruecos. Sólo entonces diremos nuestra opinión sobre la unidad territorial de Marruecos.
Podemos, sin embargo, hacer algunas reflexiones provisionales. En primer1ugar, se habla de referéndum controlado por la ONU y la OUA. Eso quiere decir que no es un referéndum de derecho interno. La diplomacia marroquí había dicho que el expediente del Sahara estaba cerrado. Ahora resulta que se vuelve a abrir, al menos teóricamente.
Lo que parece inquietante es que, a pesar de la enorme concesíón de Marruecos, los datos fundamentales del problema no parecen indicar que se vaya a una solución pacífica. El futuro dirá sí con estas concesiones Marruecos podrá demostrar su pleno derecho a mantener la integridad territorial y su soberanía sobre el Sahara.
P. La existencia de un Parlamento marroquí plural es un elemento clave de la imagen de democracia que Marruecos quiere dar. La USFP había anticipado -su posible retirada. ¿Cuál es ahora su posición?
R. Esta cuestión fue discutida mucho antes de los últimos sucesos. Nosotros estimábamos, después del referéndum que prolongó el'mandato legislativo de cuatro a seis años, que nuestros diputados habían sido elegidos por cuatro años, y que el referéndum en cuestión no especificaba que se tratase de una ley constituciorial con carácter retroactivo. Seguimos estimando que el mandato de nuestros diputados es por cuatro años. y que al final de eseplazo debemos retirarnos del Parlamento.
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