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ECOLOGIA

A punto de ser desecada una de las mejores lagunas de Aragón

Ante la inminente desecación de gran parte de la laguna de Sariñena, en la provincia de Huesca, que será consumada cuando el Ministerio de Agricultura abra las compuertas de un canal de desagüe cuyas obras están a punto de ser concluidas, el Grupo Ornitológico Oscense, apoyado por otras organizaciones ecologistas, ha iniciado una campaña de recogida de firmas con el fin de solicitar a los organismos competentes que impidan la destrucción de este espacio natural, considerado una de las mejores zonas húmedas de Aragón.

Las obras de desecación emprendidas por el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), pretenden regular el nivel de las aguas de la laguna, dejando su superficie actual -de unas trescientas hectáreas- en las 120 que ocupaba hace años. Curiosamente, el aumento del nivel de las aguas de esta laguna fue provocado por el mismo IRYDA, que hace unos veinte años puso en regadío unas tierras colindantes con la laguna e hizo verter a ésta todo el agua procedente de las tierras regadas. Dado que la laguna de Sariñena sólo se regula por evaporación, careciendo de otras salidas naturales, el agua comenzó a crecer, inundando unas 150 hectáreas de sus orillas. Estas tierras anegadas son propiedad del IRYDA, excepto unas veinte hectáreas que son propiedad de los vecinos del pueblo de Sariñena.La necesidad de reparar los daños causados a estos pequeños propietarios ha sido precisamente uno de los principales argumentos para efectuar la desecación. Este criterio es, sin embargo, descalificado por los ecologistas, ya que éstos consideran que con los 52 millones de pesetas del presupuesto de la obra, más los gastos de acondicionamiento de unas tierras que hasta ahora han estado cubiertas por agua salada, serían más que suficientes para indemnizar a los propietarios de esas veinte hectáreas, al margen de que, para ellos, la solución lógica es que los agricultores fueran compensados con otras tierras que la Administración posee en la zona, cosa que, al parecer, algunos de los afectados están dispuestos a aceptar.

Sin embargo, el IRYDA ha hecho oídos sordos a estas alternativas y, apoyado por los concejales del PCE y de UCD del Ayuntamiento de Sariñena, con la oposición de los socialistas, inició la construcción d el mencionado desagüe, consistente en un emisario de más de un kilómetro de longitud, que llevará las aguas de la laguna al río Flumen, de manera que el nivel descienda de los 283 metros sobre la superficie del mar actuales a los 278,80 que la laguna tenía antiguamente.

El proyecto de regulación incluye también un dique que atravesará el centro de la laguna, con el fin de qué quede totalmente seca la parte Sur. Según declaraciones del biólogo César Pedrocchi, «ésta es precisamente la zona en la que establecen sus colonias de cría unas 3.000 aves, que se han visto favorecidas al formarse una serie de islotes con la subida del nivel de las aguas. Estas islas alojan cientos de nidos de gaviotas reidoras, cigüeñuelas, fumareles cariblancos, ánades reales, porrón común, ánade friso y pato colorado. En un amplio carrizal, situado también .en esta parte de la laguna, se han establecido colonias de garceta blanca, martinete y garza imperial. El avetorrillo anida prácticamente en todos los carrizales, así como los somormujos, zampullines, fochas y pollas de agua. La vida bulle por todos los rincones y la laguna es un magnífico ejemplo de organización de la naturaleza».

«Además», continúa diciendo Pedrocchi, «la laguna es centro de reposo e invernada de miles de aves que, tras cruzar los Pirineos, buscan aquí descanso. Las más raras especies de aves se acumulan en sus aguas, donde hallan protección y alimento. Durante los meses de invierno es normal contar hasta 10.000 aves acuáticas. Puede llegar, a ser paradójico el pensar que se van a invertir 51 millones de pesetas para destruir una joya de la naturaleza, la última de este tipo en la provincia de Huesca».

Actualmente, los ecologistas no se oponen a que el nivel de las aguas sea regulado, ya que de lo contrario seguiría aumentando e inundaría más tierras de los vecinos de Sariñena. Su proposición es que la cota actual de 283 metros no se baje a los 278,80 proyectados por el IRYDA, sino sólo hasta los 281,5 metros, nivel del agua en el que quedaría garantizado el equilibrio ecológico de la laguna. En esta solución quedarían bajo el agua las veinte hectáreas de tierras particulares ya mencionadas, que, según los ecologistas, deberían ser canjeadas por otras, situadas en la misma zona, propiedad del Icona, organismo encargado de velar por la conservación de la naturaleza, que recientemente promovió la firma por parte del Gobierno español del Convenio Internacional de Ramsar sobre protección de zonas húmedas.

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