Majano acusa al Gobierno salvadoreño del asesinato de seis norteamericanos

El coronel Adolfo Majano, ex miembro de la Junta de Gobierno de El Salvador, acusó el lunes al Gobierno salvadoreño y a los jefes de la extrema derecha del Ejército de ser responsables de los asesinatos del presidente del Instituto de la Reforma Agraria, Rodolfo Viera, y de los dos sindicalistas norteamericanos Mark Pearlman y Michael Hammer, acribillados a balazos el pasado sábado en el hall del hotel Sheraton, de la capital salvadoreña. Majano imputó asimismo al Gobierno la responsabilidad del asesinato de las cuatro religiosas norteamericanas de la orden de Mary Knoll y los de los seis dirigentes del Frente Democrático Revolucionario.Las acusaciones del coronel Majano, realizadas a la Prensa extranjera a través de un comunicado emitido en San Salvador, se produjeron casi simultáneamente a las declaraciones realizadas por el ministro salvadoreño de Defensa, coronel Guillermo García, líder del sector más derechista del Ejército, en las que anunciaba importantes reajustes en el mando castrense y enfatizaba en que el Ejército de su país «ha tomado la iniciativa en la lucha contra la guerrilla. Antes no lo habíamos hecho por razones obvias», dijo Garcia.

«Esto ni es ni va a ser como Nicaragua. Estamos haciendo una reacción fuerte contra la guerrilla», agregó el ministro de Defensa, que calificó de «medida de presión psicológica» la ofensiva final anunciada desde el pasado mes de diciembre por las principales organizaciones armadas de la izquierda salvadoreña.

Entre los cambios militares adoptados por el ministro de Defensa se encuentra el relevo del coronel Nicolás Carranza, de la línea dura, por el también coronel Francisco Castillo en la Subsecretaría de Defensa. Castillo es considerado por los observadores como no integrado en el sector duro del Ejército. Era hasta ahora jefe, del Estado Mayor. En este cargo le reemplazará el coronel Rafael Flores.

Los cambios castrenses afectan asimismo a las guarniciones militares de Chalatenango y Sensuntepeque, al norte de El Salvador, que en las últimas semanas son escenario de los combates más encarnizados entre el Ejército y la guerrilla.

Por otra parte, el Gobierno salvadoreño prorrogó el lunes el estado de sitio vigente en todo el país.