Washington calibra la capacidad de la Junta para seguir gobernando
La misión norteamericana que se encuentra en El Salvador desde el sábado ha hecho saber que su objetivo no es sólo investigar el caso de las cuatro religiosas, sino averiguar también si la actual Junta es capaz de seguir gobernando y de controlar a la extrema derecha.En el caso de que el informe que eleven al presidente Carter sea negativo en este último punto, la suspensión provisional de la ayuda norteamericana adquiriría carácter definitivo. La misión abandonará hoy el país y elaborará sus conclusiones entre el miércoles y el jueves.
Todo parece indicar que el crimen de las cuatro monjas, con la consiguiente reacción norteamericana, ha precipitado las cosas hacia un definitivo golpe de los elementos más derechistas o hacia su eliminación del aparato. de poder, que, en las últimas semanas, han venido controlando.
La presencia de un republicano en la misión estadounidense concede particular importancia a sus conclusiones con vistas al próximo relevo presidencial. William Rogers, que fue segundo de Henry Kissinger para América Latina, puede representar en este caso la posición del equipo Reagan. Por otra parte, el jefe de la misión, el subsecretario de Estado, William Bowdler, está considerado como el mayor especialista centroamericano de la Administración Carter.
Los cinco enviados especiales del Departamento de Estado han mantenido entrevistas con todos los miembros de la Junta, con el ministro de Defensa y con el jefe de la Guardia Nacional. También, el domingo se entrevistaron con el arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera. Hoy abandonarán El Salvador.
Al término de la entrevista mantenida con el arzobispo, éste declaró, en una improvisada conferencia de Prensa, que había apreciado en los miembros de la misión un verdadero deseo por llegar a un total esclarecimiento de los hechos en el caso de las cuatro monjas. Dijo también que les había entregado una relación de los datos que el arzobispado había logrado reunir, y que les había expuesto su presunción de que las religiosas habían sido detenidas por una patrulla militar poco antes de su desaparición definitiva.
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