Los disidentes checoslovacos, partidarios de la continuidad de la CSCE

Representantes en el exilio de la oposición pcilítica checoslovaca declararon ayer, en Madrid, que su estancia en la capital española y declaraciones sobre el Acta de Helsinki no tenían como objetivo impedir la Conferencia Europea, sino ayudar a su éxito.

Organizado por el Comité español de Apoyo a Carta 77, el principal grupo disidente checoslovaco, Jiri Pelikan, exiliado checo, diputado en el Parlamento Europeo; Pavel Tigrid, director de la revista Testimonio, de París; Jiri Lederer, recientemente expulsado de Checoslovaquia, y Zdenek Hejzlar, ex director de la radio checoslovaca, expusieron, en una conferencia de Prensa, la situación en su propio país y criticaron, las violaciones de los acuerdos de Helsinki.Pelikan afirmó que su propósito era que la Conferencia Europea continúe con nuevos proyectos para el futuro, entre ellos, la exigencia a todos los Estados de que la paz, la cooperación y los derechos humanos se respeten por igual.

El tema polaco fue tratado también por los disidentes. Preguntado sobre su opinión acerca de una eventual intervención soviética, Lederer contestó que «está claro que las tropas soviéticas están preparadas desde mediados de julio. Pienso», añadió, «que si la URSS ve que pierde a Polonia para su imperio intervendrá con toda crudeza».

Para Lederer, la esperanza está ahora en los numerosos obstáculos que tiene la Unión Soviética en la, escena internacional, «destacando fundamentalmente el tema de Afganistán».

Según Pelikan, la dirección soviética «no oculta que la situación polaca se ha convertido en peligrosa y espera quielas propias fuerzas del PC polaco.(POUP) puedan bloquear el proceso, para lo, cual se recurrirá a los sectores. más dogmáticos del partido».

Para el diputado europeo, residente en Italia, la oportunidad de estos dogmáticos será el próximo congreso extraordinario del POUP.

En un claro recuerdo a los sucesos checoslovacos, Pelikan dijo que «si la base del POUP apoya los cambios que se están produciendo, los soviéticos entrarán. La URSS no desea un partido de acuerdo con la política de cambios».

En la conferencia de Prensa estuvo presente el líder del Partido Radical italiano, Marco Pannella, quien intervino para criticar la posición occiolental en la CSCE.

«A pesar de tener divergencias con algunos de ellos, cada día estoy más cerca de los disidentes», dijo. «La Conferencia de Madrid es un fracaso. Sin embargo, este proceso me recuerda a la capitulación de Munich (1938) de los países occidentales frente a Hitler».

«Estoy contra los occidentales porque ellos prefieren Varsovia a Gdansk (el Gobierno polaco a los sindicalistas), el Kremlin al gulag (el poder soviético a los detenidos políticos)».

También asistió a la conferencia el disidente rumano Paul Goma, escritor exiliado en París, quien manifestó que, en el caso de que continúen las conferencias de seguridad, «en ningún caso la sede debe ser Bucarest. Si el espíritu de Heisinki está falleciendo ahora, allí se enterraría».

Los miembros de Carta 77 fueron invitados a Madrid por la Internacional Socialista. Se distribuyó también una carta de Vaclav Benda, Vaclav Havel y Jiri Dienstbier, los tres actualmente en prisión, miembros del Comité de Ayuda a los Injustamente Perseguidos (VONS), en la que otorgan su apoyo al Acta de Helsinki, pero subrayando que la paz se logra con la distensión indivisible en el terreno de las libertades y los derechos humanos, opinando que la Conferencia de Madrid debería hacer hincapié en este último aspecto.