Helmut Schmidt pide a las superpotencias una "pausa de reflexión" en la negociación armamentista
El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Schmidt, ha pedido, en unas declaraciones a la Prensa, que Estados Unidos y la Unión Soviética decidan de común acuerdo una «pausa de reflexión» en materia de negociaciones sobre armamentos y tropas, una pausa que el jefe del Gobierno de Bonn considera, por otra parte, «inevitable».Schmidt recordó ayer que, aunque el nuevo presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha insistido durante su campaña electoral en que no aceptaría los acuerdos SALT II tal y como se han negociado, al menos ha aceptado tratar ciertos pormenores con Moscú.
Del «realismo de la Unión Soviética» espera el canciller que no ignore esta oferta de Reagan. La RFA, que se compromete mucho en pro de un relanzamiento de las negociaciones entre Washington y Moscú, se mantiene a la expectativa del curso que las relaciones entre las dos superpotencias tomen ahora.
El canciller, que seguramente se entrevistará con Reagan el próximo día 24, insiste en que algunos futuros colaboradores del nuevo presidente son bien conocidos y «estimados» en Bonn. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, calificó ayer, por su parte, de muy positivo el compromiso de Reagan de consultar con los aliados europeos de la OTAN cualquier decisión importante que la Casa Blanca vaya a plantearse en relación con la defensa de Occidente. A su vez, el ministro federal ce Defensa, Hans Apel, reiteró ayer que la RFA hará todo lo posible para lograr que el desarme efectivo sea la tónica de la nueva década.
Con ocasión del 25º aniversario de la restauración de las fuerzas armadas alemanas (Bundeswehr), Apel calificó ayer al Bundeswehr como el «elemento central» de la política de seguridad de la RFA.
Con ocasión de los veinticinco años de la Bundeswehr, el mando militar y el Ministerio de Defensa han organizado una serie de juras de bandera de nuevos reclutas en escenarios distintos a los habituales acuartelamientos.
Estos actos, que, como el de Munich en la noche del jueves tratan de favorecer el acercamiento de los alemanes a sus fuerzas armadas, según la explicación oficial, han suscitado movimientos de protesta en determinados sectores.
Hoy, sábado, tendrá lugar en Bonn una manifestación convocada por los jóvenes socialistas (jusos), a la que se espera asistan 10.000 personas. Cuatro días después jurarán bandera en la capital federal 150 reclutas.
Los jusos han dispuesto todo tipo de medidas de seguridad para evitar la intromisión de provocadores que pudiesen convertir el acto en una batalla campal contra la policía, como ocurrió meses atrás en Brema. Coincidiendo con esta manifestación tendrá lugar un «podio de discusión», en el que participarán diputados socialdemócratas, como Ehmke, Hansen y Voigh, y expertos en política de defensa, como el ex general conde Baudissin, creador del término «ciudadano con uniforme» para los militares alemanes. Todos ellos coinciden en enjuiciar críticamente la solemnidad pública que pretende darse a la ceremonia conmemorativa de estos días.
En la noche del jueves, 2.000 soldados prestaron su juramento castrense en el marco de la Koenigsplatz, de Munich, iluminada con profusión de antorchas. La ceremonia fue transmitida en directo por televisión a toda la RFA. La policía practicó unas veinte detenciones entre los manifestantes que protestaron contra el acto.
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