Antes de que cantara el gallo

Poco le han durado las compañías parlamentarias al partido del Gobierno. Más solitario se ha quedado que un beduino en el desierto, en la votación de las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de Presupuestos. Abandonado el apoyo parlamentario de Minoría Catalana y el Grupo Andalucista, que le otorgaron en el debate de la cuestión de confianza, el Gobierno ha vuelto a quedar en sus acostumbradas soledades. (...)Dos dudas se nos plantean ante esta situación en solitario en que ha vuelto a quedar el Gobierno. Nos preguntamos, por un lado, si no resultó prematuro e inmediato aquel pacto con un partido gubernamental, que tanto sabe deshacerse de sus compromisos. En política es muy grave dejarse sorprender en la buena fe, sobre todo por parte de quienes han demostrado sobradamente que no es un valor sagrado la palabra dada. Y habría que preguntarse, en segundo lugar, quién abandonó antes a quién, si Minoría Catalana, de acuerdo con sus responsabilidades de Gobierno en Cataluña, no fue consecuente con el abandono previo del Gobierno de sus compromisos contraídos con convergentes y unionistas.

Y llegamos aquí a una conclusión. Era lógico que un pacto con tantas incógnitas, alcanzado en torno al té y las pastas de la Moncloa, se quebrara a las pocas semanas.

30 de octubre