El abastecimiento de petróleo en España está asegurado hasta final de año
Las autoridades españolas siguen con preocupación el desarrollo de los acontecimientos bélicos en Oriente Próximo y sus posibles repercusiones en nuestro país; pero, según fuentes oficiales, no hay ningún motivo de alarma a corto plazo. Nuestras reservas de petróleo se cifran actualmente en 140 días -entre crudo en refinerías y en barcos con pabellón español-, según declaró a EL PAIS el subsecretario del Ministerio de Economía y Comercio, Agustín Hidalgo. La confrontación bélica entre Irán e Irak -ambos países suministran cerca del 25% de nuestro consumo petrolífero- nos ha sorprendido felizmente con unas reservas de crudo que aseguran el total abastecimiento hasta final de año (en la crisis de 1977-1978, España sólo contaba con unas existencias para 88 días).
En una reunión mantenida por el subsecretario del Ministerio de Comercio, Agustín Hidalgo, y por el comisario de la Energía del Ministerio de Industria, Luis Magaña, con los representantes de todas las refinerías españolas se llegó a la conclusión de que el abastecimiento a corto plazo estaba asegurado y las únicas repercusiones del conflicto, por el momento se materializarían en pequeños aumentos de precio en algunos productos petrolíferos en el mercado libre. Las reservas españolas, aunque todo depende del tiempo que pueda prolongarse el conflicto en Oriente Próximo, no hacen previsible el que se tenga que recurrir por momento al mercado libre.A nivel general, según comentaron las citadas fuentes, la guerra irano-iraquí ha coincidido con un exceso de oferta de crudos y con grandes existencias acumuladas en la mayoría de los países consumidores. Las consecuencias a corto plazo no son importantes, máxime cuando existe en la actualidad un sobrante en el mercado de dos millones y medio de barriles, que podrían paliar de momento las repercusiones de estos días de conflagración armada. La prolongación de esta guerra sí supondría, sin embargo, una gravísima amenaza para las economías occidentales.
Las contrataciones para 1981 pueden verse afectadas, aunque todo dependerá de la duración del conflicto. En lo que respecta a España, que recibe el 53% del petróleo que consume del golfo Pérsico, las reservas actuales serían suficientes para paliar las consecuencias de un repentino y corto cierre del estrecho de Ormuz. De los dos países en conflicto -que suministran casi la cuarta parte de nuestras necesidades petroleras- tan sólo quedan por cumplimentar de la contratación de 1980 2.800.000 toneladas (un 5% de nuestro consumo).
En estos días no hay ningún barco español cargando petróleo en Irán o Irak -el próximo cargamento está previsto para finales del mes próximo-, aunque dos o tres barcos españoles se encuentran en la zona del golfo Pérsico cumplimentando transporte de crudo saudí. de Kuwalt y Abu Dabi.
Fuentes del Ministerio de Economía, tras describir esta situación tranquilizadora en cuanto a nuestras reservas de crudo, negaron que se haya adoptado ningún plan especial para sustituir suministros o conseguir ampliaciones de los cupos de crudo concedidos a España por terceros países. Durante el día de ayer circularon rumores de intensas aestiones españolas con las autoridades mexicarías y venezolanas para paliar el posible desabastecimiento de petróleo por la guerra de Oriente Próximo. Los contactos y conversaciones que se están manteniendo con distintos países -aseguró el subsecretario de Comercio- son los habituales, y ninguno de ellos responde a los acontecimientos de Irán e Irak.
Según datos del Ministerio de Economía y Comercio. en el período enero-julio de este año, las importaciones españolas de crudo procedentes de Irán han ascendido a 1,8 millones de toneladas (un 7,1 % del total importado), y las de Irak. a 4,4 millones de toneladas (un 15,1 %), lo que supone un 22,2% del total de importaciones españolas.
Recuperación de nuestras exportaciones a Irán
Las relaciones comerciales con Irán se han visto afectadas por la nueva situación política en aquel país, tras la caída del Sha y la llegada al poder del ayatollah Jomeini. Aunque España no se ha visto directamente implicada en la lista negra de países, elaborada por el régimen jomeinista, la nueva situación creó serias dificultades a muchas empresas españolas, a quienes sorprendió la revolución iraní realizando distintos proyectos -caso de Dragados y Construcciones, que realizaba obras en el puerto de Bandar Abbas- en aquel territorio.
Así, en los últimos meses, el Gobierno del régimen islámico de Irán pretendió ejecutar los avales que las empresas españolas depositaron en dicho país para garantizar sus operaciones en aquella nación. La suma que totalizan estos avales supera varios miles de mi llones de pesetas y fueron consti tuidos por el Banco Exterior de Es paña y por la Compañía Española de Seguro de Crédito a la Exporta ción durante el anterior régimen iraní.
Estas dificultades, junto con la política española de ir reduciendo nuestra gran dependencia energética del crudo iraní, significaron un sensible retroceso en los intercambios de 1979 entre ambos países con respecto al año anterior Sin embargo, la propia coyuntura internacional del régimen jomeinista ha acabado beneficiando en los últimos meses a las empresas y exportadores españoles. El boicoteo de grandes países industriahzados -Japón, por ejemplo- a Irán ha sumido al régimen de Jomeini en serias dificultades en cuanto a abastecimiento de algunos bienes intermedios y de consumo. A estos capítulos corresponde, en líneas generales, el fuerte incremento de las exportaciones españolas a Irán en el primer trimestre de este año (56 millones de dólares), frente a las ventas realizadas en 1979 (120 millones de dólares).
La década de los sesenta, con la espectacular subida del precio de los crudos y la creación de la OPEP, marca un fortísimo incremento en nuestras importaciones iraníes. En 1971, por ejemplo, nuestro comercio con Irán se circunscribió a unas importaciones por valor de 65,5 millones de dólares y a unas exportaciones por valor de 18,4 millones de dólares. Las importaciones del pasado año, sin embargo, ascendieron a 720 millones de dólares (48.043 millones de pesetras), y las exportaciones, a 120 millones de dólares (8.098 millones de pesetas), lo que supone una tasa de cobertura del 16,9 %, queda idea de lo deficitario de nuestros intercambios.
Cerca del 95 % de nuestras importaciones corresponden al petróleo (con porcentajes inferiores al 1 % hay compras de moluscos y crustáceos, pieles y cueros y alfombras). De nuestras ventas a Irán, el 48% corresponde a productos siderúrgicos, y el 20% a productos alimenticios, como capítulos más destacados. No hay datos accesibles sobre las ventas de armamento de nuestro país a Irán, aunque hay constancia de que se han realizado en los últimos años.
Irak, un mercado creciente para España
Nuestros intercambios comerciales con Irak no se han visto afectados por los altibajos que han ca racterizado las relaciones con Irán. La progresión de intercambios entre Irak y España ha sido constante y especialmente satisfactoria -según un alto cargo del Ministerio de Economía y Comercio- para nuestro país en los último cinco años.
En 1971 importamos mercancías iraquíes -petróleo, fundamentalmente- por un valor de 31 millones de dólares y vendimos a aquel país productos por un total de diez millones de dólares; es decir, con una cobertura importación-exportación de uno a tres. Ocho años después, en 1979, nuestras importaciones -que aumentaron fuertemente en lo relativo a crudos- supusieron 916 millones de dólares y nuestras exportaciones -productos químicos, maquinaria, neumáticos, papel y productos metalúrgicos- ascendieron a 145 millones de dólares.
Entre las principales operaciones realizadas por empresas españolas con Irak destaca un importantísimo contrato suscrito por Standard Eléctrica (equipos de conmutación telefónica por valor de doce millones de dólares), y la venta de locomotoras construidas por la firma Macosa, por valor de cincuenta millones de dólares.
Como en el caso de Irán, no hay datos accesibles sobre las ventas de armamento español. En los últimos años han sido frecuentes, sin embargo, las misiones comerciales iraquíes que han visitado centros de producción de armamento, como, por ejemplo, las instalaciones sevillanas donde se construyen los carros de combate AMX-30.
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