Bagdad desvía hacia el Mediterráneo sus exportaciones de crudo
El estratégico estrecho de Ormuz continuaba abierto ayer al tráfico marítimo internacional, pero la suspensión de la producción de crudos en los dos países y los daños que están sufriendo pozos y refinerías en ambas partes hacen temer serias consecuencias sobre el mercado mundial del petróleo a medio plazo. Ante la inutilización de sus puertos del golfo Pérsico, Irak centra sus esfuerzos en derivar su petróleo hacia el Mediterráneo, a través de los oleoductos que terminan en Líbano y Turquía.Irak, que es el segundo país productor de los agrupados en la OPEP, estaba exportando alrededor de tres millones de barriles diarios, antes de iniciarse la guerra, mientras que Irán rondaba los 700.000 barriles por día, muy por debajo de los cinco millones que llegó a producir en la época del sha. Aunque los niveles de reservas mundiales son actualmente muy altos, la desaparición del mercado de la producción conjunta de Irán e Irak, junto a la proximidad del invierno en Occidente, época de mayor demanda, son suficientes para provocar una nueva alza de los precios del petróleo, aseguran los expertos.
Oleoductos
Aunque en las terminales de embarque de la costa sur del golfo Pérsico se continuaba trabajando a un ritmo prácticamente normal, y varios superpetroleros cargaron ayer en Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos, la industria petrolera busca otras rutas para el transporte del crudo, ante un posible bloqueo del estrecho de Ormuz, según informó una publicación especializada de Beirut.
El oleoducto transarábigo, que tiene una longitud de 1.100 kilómetros, y va desde Ras Tannura, en Arabia Saudí, a las cercanías de Sidón, en Líbano, podría ser reactivado después de cinco años en desuso. Irak cuenta con otros dos oleoductos, uno que va a Turquía y otro que llega hasta la ciudad libanesa de Trípoli, al norte de Beirut,
Con relación a este último, el Gobierno iraquí notificó ayer al Gobierno de Líbano que reanudará el bombeo de petróleo al puerto de Trípoli, que suspendió en marzo de 1976, a causa del deterioro de sus relaciones con Damasco. Irak, según los observadores de Beirut, pondrá pronto al máximo rendimiento sus oleoductos que llegan al Mediterráneo, con el fin de contrarrestar la inutilización de sus puertos sobre el golfo Pérsico.
El oleoducto transarábigo, que tiene una longitud de varios años con la instalación de modernos y sofisticados sistemas. Tiene una capacidad de bombeo de 1,4 millones de barriles diarios. Por él fluye el crudo extraído en los yacimientos situados al norte del país.
En previsión de su conflicto con Irán, Bagdad hizo construir un nuevo oleoducto para desviar hacia el Norte el petróleo de los yacimientos del Sur, enlazándolo con los dos oleoductos ya citados.
Aunque la solución de los oleoductos sería parcial, y no podría paliar totalmente el cierre del estrecho de Ormuz, expertos occidentales consideran que serviría para evitar el desabastecimiento total de los países industrializados.
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