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La guerra entre Irán e Irak

Las instalaciones petroleras iraquíes, seriamente dañadas por la aviación iraní

Al cumplirse el cuarto día de la «guerra del golfo», entre Irán e Irak, este último país ha recibido el importante respaldo de Arabia Saudí, mientras el régimen islámico de Teherán sigue padeciendo el aislamiento internacional. Entre tanto, los dos países contendientes siguen utilizando como blanco principal en sus bombardeos aéreos las instalaciones petroleras del contrario, provocando gravísimos daños en las mismas.

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La aviación iraní está bombardeando desde hace tres días los principales objetivos económicos de lirak. Ayer fueron bombardeadas las instalaciones petroleras de Mosul y Kirkuk, en el norte iraquí, que, según reconoció Bagdad, han sufrido importantes daños. El complejo petroquímico y el aeropuerto militar de Basora, en el Sur, resultaron totalmente destruidos, informa desde la capital iraquí la agencia AFP.Según observadores de Bagdad, citados por la agencia francesa, al parecer, cerca de la mitad de las ocho refinerías de petróleo iraquíes han sido alcanzadas por la guerra. Estas mismas fuentes señalan que la aviación iraní busca como blancos instalaciones de las que los iraquíes se muestran muy orgullosos, ya que simbolizan el desarrollo del país.

El ejemplo más significativo de esto es el bombardeo en tres ocasiones de la ciudad de Daura, cerca de Bagdad, donde está una de las más grandes e importantes refinerías de Irak. El Gobierno considera este proyecto como una de sus más importantes realizaciones.

Por su parte, la aviación iraquí bombardeó el miércoles la isla de Jarq, principal puerto de embarque del petróleo iraní. Se desconocen los daños causados, pero Teherán reconoció que algunos depósitos habían sido incendiados y anunció ayer la suspensión de las exportaciones de crudos, al tiempo que se prohibía, por 48 horas, la venta de petróleo, gasóleo y queroseno dentro de Irán.

Los países árabes van anunciando, poco a poco, su apoyo moral a Irak, frente al «expansionismo persa». Ayer, el rey Jaled, de Arabia Saudí, habló por teléfono con el presidente iraquí, Saddam Hussein, para darle el decisivo respaldo de Riad. Desde que, con la salida del sha, Irán dejó de ser el «gendarme» del golfo Pérsico, las diferencias entre Irak y Arabia Saudí han ido difuminándose y los saudíes no verían con malos ojos que un Irak militarmente fuerte e ideológicamente más separado de la Unión Soviética jugara el papel preponderante en la estratégica región.

Arabia Saudí, horas después de anunciar su apoyo a Irak «contra los enemigos de la nación árabe», puso en estado de alerta sus fuerzas armadas y reforzado sus contingentes en las zonas fronterizas. Igual medida han adoptado otros países de la costa sur del golfo Pérsico.

Mientras tanto, en Londres, el diario conservador británico Daily Telegraph informó que Siria ha entregado secretamente armas y material militar, tras la visita efectuada hace ocho días por un emisario del presidente Abdulhassan Banisadr.

Según el diario, Siria envió rampas de misiles suelo-aire, lanzacohetes antitanque, municiones, minas y explosivos y pertrechos militares, así como material médico. La entrega se efectuó por vía aérea, a través de Turquía.

El Dayly Telegraph añade que el presidente sirio rechazó las peticiones iraníes de que Damasco apoyase políticamente a Teherán, que efectuase maniobras de diversión en su frontera con Irak y que enviase mayores suministros de armas y equipos militares.

Mientras que la Unión Soviética y los países radicales árabes dicen que esta «guerra del golfo» sólo beneficiará a los «imperialistas y sionistas», en Egipto e Israel se ad vierte sobre las ventajas que puede obtener Moscú de este conflicto. Beguin y Sadat han ofrecido abiertamente bases militares en sus respectivos países a Estados Unidos, para que contrarreste la influencia soviática.

Aparte de los intentos de mediación en la guerra que encabezan Cuba y la OLP -Yasir Arafat llegará en las próximas horas a Teherán, desde Bagdad-, sin indicios de éxito hasta el momento, Kuwait propuso ayer la celebración urgente de una conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de naciones árabes e islámicas, para encontrar una salida al conflicto.

Por su parte, las grandes potencias parecen dispuestas a embargar todos los envíos de armas y de repuestos militares a los dos países en guerra.

Acusación soviética

Mientras tanto, la agencia Tass acusó ayer a Estados Unidos y a Israel de estar «interesados en el agravamiento del conflicto entre Irán e Irak» y, además, acusó a Washington de preparar «una injerencia militar» en la zona.Según la agencia oficial soviética, los dos países «juegan la carta del debilitamiento» de Irán e Irak «para facilitar la realización de sus planes expansionistas y hegemonistas en la región del Próximo Oriente».

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