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González Seara: "Hay que denunciar los dogmatismos"

Clausura de los cursos de verano de la Universidad de Santander

«El mundo del conocimiento y las instituciones que lo sirven son un instrumento básico para lograr el progreso humano, y todo cuanto contribuya a su potenciación y a la discusión de la dirección que debe adoptar es una aportación decisiva para nuestro futuro», dijo ayer en Santander el ministro de Universidades e Investigación, Luis González Seara, en el acto de clausura del curso de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. González Seara añadió que estaba convencido de que «la educación en libertad y el diálogo abierto, como se practican y se quieren practicar en esta y en las demás universidades españolas, son medio excelente para avanzar en el camino del progreso y para impedir cualquier suerte de tiranías».

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El ministro de Universidades e Investigación, que llegó a Santander a las seis de la tarde, acompañado por el subsecretario de su departamento, Manuel Cobo del Rosal, calificó de «muy brillante y eficaz» el curso que procedía a clausurar, al tiempo que pedía al equipo rector del profesor Morodo que continuase con la línea universitaria de «foro internacional e interregional de encuentros y discusiones dentro del mismo clima reconciliado de diálogo y libertad» que se ha practicado este verano.

La libertad para salir de la necesidad

«Un país que ha conquistado la libertad, como acabamos de hacer los españoles», dijo el ministro de Universidades en su discurso, «no puede desencantarse, acobardarse ni llenarse de pesimismo ante los problemas y las dificultades de cada día». Aludiendo más tarde al reto al que se enfrentan los hombres de hoy de «conquistar una sociedad innovadora, que, asumiendo lo mejor de la historia pasada, nos permita saltar hacia adelante en el camino de la libertad, el progreso y la justicia». Ello nos obliga a no olvidar los problemas económicos y materiales. «Se ha repetido mucho», concretó González Seara, «la hegeliana frase de Marx que nos indica que al reino de la libertad sólo se llega después de superar el de la necesidad, pero hemos de saber que sólo saldremos de la necesidad si afrontamos el futuro del hombre y de la sociedad humana como un despliegue de la libertad.González Seara recordó también que hay que proporcionar a todas las instituciones científicas españolas los medios necesarios para el cumplimiento de sus fines, pero que «se necesita algo más que financiación». «El dinero y los recursos», dijo el ministro de Universidades e Investigación, «pueden ponerse al servicio de la intolerancia, de la explotación y del despotismo. Por eso se necesitan instituciones como esta universidad internacional, donde se denuncien y clarifiquen los dogmatismos, las intolerancias, los sectarismos, las injusticias y los egoísmos particularistas de toda laya, que tanto envilecen la historia humana».

La guerra según Diez-Alegría

La lección de clausura de los cursos de verano de Santander fue dictada por el teniente general Manuel Díez Alegría, que habló sobre «Guerra, derecho y moral». «Hablar de la guerra no está de moda», dijo el general Díez Alegría, recordando que, sin embargo, desde la última - guerra mundial, unos cuarenta países han sufrido los efectos de la guerra». Seguramente la guerra no es lo que era, pero tampoco el derecho sigue siendo lo que era», explicó después de referirse al Derecho internacional sobre la materia, a las «guerras de encajes», que eran «asunto entre caballeros». Y a la quiebra de aquellos principios. Según Díez-Alegría, la guerra total y la guerrilla «implican el rechazo de toda norma, son la negación misma del derecho», señalando además que hoy «no hay una diferencia tajante entre los estados de paz y de guerra», ya que la guerra fría supone «entremezclar ambas situaciones». «Los medios no bélicos de resolver las cuestiones interestatales», concluyó el conferenciante, «presuponen una buena fe incondicional en los litigantes, que si realmente existiera por si sola evitaría la lucha, pero la historia nos enseña, por desgracia, que no son suficientes esos medios, como lo muestra la «guerra de los seis días», en la que si Israel hubiera confiado sólo en las múltiples garantías recibidas y no hubiera estado militarmente preparada hubiera sido barrida del mapa».Por su parte, el rector de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, Raúl Morodo, se refirió en su discurso a las palabras con que el rey Juan Carlos I inauguró en julio las actividades que ayer se clausuraron, en el sentido de que la UIMP tuviese «carácter de foro abierto de cultura. Considero que hemos hecho cuanto estaba en nuestras manos para poder cumplir esa misión», dijo el profesor Morodo, insistiendo en el carácter de «universidad del Estado de y para todos los españoles» que tiene el centro que dirige, además del conocido carácter internacional e interregional.

«Esta fue la idea de su fundación, por unos hombres a los que durante los cursos hemos querido rendir reiterado homenaje, y continúa siendo la idea que preside nuestra actuación con el apoyo del ministro de Universidades, a quien expresamos nuestro sincero reconocimiento», terminó diciendo.

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