Los jesuitas, Carter y la Trilateral, acusados de facilitar la propagación del marxismo

Anticomunistas suramericanos reunidos durante tres días en Buenos Aires señalaron ayer tres culpables del avance marxista en Iberoamérica: los jesuitas, el presidente Carter y la Unión Soviética. Estas conclusiones se han adoptado en el IV Congreso de la Confederación Anticomunista Latinoamericana (CAL), que se celebró en la capital argentina auspiciado por el Gobierno bonaerense.El representante de Bolivia dijo sobre el arzobispo de La Paz, monseñor Manrique: «Pediremos a sacerdotes bolivianos amigos que nos ayuden a exorcizarlo, ya que yo creo que está endemoniado».

El representante boliviano es Luis Canedo Reyes, militar con grado de teniente coronel, asesor del Estado Mayordel Ejército de su país, y enviado personal del presidente Luis García Meza.

En principio, la recomendación de expulsar a los jesuítas la propondrá formalmente al Gobiérno boliviano su representante, Canedo Reyes.

El congresista que representaba a los anticomunistas cubanos, Armando Pérez Roura, exiliado en Estados Unidos, dijo que «ha empezado la cuenta atrás para el régimen castrista», por la grave situación económica de Cuba y las recientes fugas masivas de cubanos.

Pérez Roura opinó también que quienes apoyan la política de derechos humanos de Carter «son los tontos útiles de los que se vale el marxismo», y añadió que «nunca han aplicado a Fidel Castro las medidas sobre derechos,humanos».

El representante cubano añadió que en Estados Unidos se preparan actualmente grupos armados para intervenir en Cuba cuando «la ocasión sea propicia» y «ayudar al pueblo cubano a derrotar a Castro».

Los congresistas no aclararon su conclusión de que el presidente Carter apoya la política expansionista de la Unión Soviética, y se limitaron a afirmar con rotundidad que en el propio Gobierno estadounidense y en la Comisión Trilateral «hay infiltración comunista».

Según los comentarios de cronistas locales, en Argentina, cuyo Gobierno auspició oficialmente este congreso, no se esperaban propuestas tan contundentes como las alcanzadas en los debates.

El congreso señaló que sus deliberaciones se traducirán en acciones concretas, «mediante las que se evitará la formación de nuevos regímenes marxistas en lberoamérica», pero el congreso votó por unanimidad la denuncia y condena de la Compañía de Jesús como «culpable de la extensión de la doctrina marxista en el continente», de la política de derechos humanos auspiciada por el actual Gobierno estadounidense como vía facilitadora de la penetración ideológica comunista, y del otro gran enemigo de los anticomunistas, la Comisión Trilateral, donde, al parecer, también hay infiltración promarxista.

El IV Congreso Anticomunista Latinoamericano se abstuvo de formular acusaciones contra China Popular, que nunca fue aludida, y sobre los Estados socialístas europeos, y señaló que el objetivo de la Unión Soviética es crear un «cinturón rojo» en Centroamérica para aislar a México y Estados Unidos del resto del Continente.

Este congreso no ha suscitado atención pública y sus reuniones han sido totalmente privadas.