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La Generalidad investiga sobre la verdadera situacion de Salvador Dalí

La institución autonómica quiere que queden en Cataluña gran parte de los cuadros del pintor

La Generalidad de Cataluña delegó en el director general de Cultura de la institución autonómica, el escritor Albert Manent, la averiguación de las circunstancias reales por las que atraviesa el pintor Salvador Dalí, de 76 años, seriamente enfermo, y únicamente accesible a su esposa, Elena Diaconof, más conocida por Gala, de 87 años, y a su secretario, Enrique Sabater, de 46 años. Parte del interés de la Generalidad reside en el destino que se da a la obra del pintor, que en su mayoría va destinada a Estados Unidos.

Fuentes de la Generalidad expresaron a este diario que el desconcierto, la desinfórmación y los rumores de todo signo que rodean la reclusión de Dalí han movido a la institución catalana a intentar averiguar cuál es la situación real. Los primeros pasos en busca de información dados por Albert Manent han obtenido escasos resultados.Las fuentes precisaron que lo constatado en primer lugar es que Dalí es totalmente inaccesible, debido al auténtico muro que en torno a su persona han levantado su esposa y su secretario. El segundo dato apreciado es la ingente fortuna reunida en pocos años -sólo ocho- por Enrique Sabater, quien antes de ser secretario de Dalí, para lo cual obtuvo previamente el beneplácito personal y entusiasta de Gala, carecía de fortuna conocida. Sus anteriores profesiones habían sido las de chófer y de encargado de una modesta agencia de viajes.

Sabater es la estrella de este verano en la Costa Brava. En sus dos grandes mansiones organiza las mejores fiestas de la temporada. La última tuvo efecto el pasado día 14 de agosto. Empezó a las nueve de la mañana y terminó a las nueve de la mañana del día siguiente. Asistieron más de cien personas -incluso quizá el doble o el triple de esa cifra- según precisó a este diario uno de los invitados. Estos cambiaban de vestido a lo largo de la fiesta. Hubo señoras que lucieron más de cinco vestidos. Estuvieron presentes Xavier Cugat, Maruja Garrido, La Chunga y otras figuras del espectáculo.

En cambio, diversos medios de información -en concreto, un semanario conservador francés de gran tirada- habían indicado recientemente que Dalí atravesaba por una mala situación económica. Algunas fuentes indicaron que incluso este hecho podría haber obrado negativamente sobre la dolencia de Dalí, en la que habría un componente no somático, según se podría desprender del hecho que esté atendido por un psiquiatra.

Un anterior secretario de Dalí, el capitán Moore, de nacionalidad británica, es ahora poseedor de muchas obras del pintor de Port Lligat, después de una inexplicable ruptura con Dalí. Una sola de estas obras, La apoteosis del dólar, está valorada en unos ochenta millones de pesetas. La posible existencia de complejos. canales de venta o cesión de obras pictóricas de Dalí es uno de los puntos que más inquieta a la Generalidad. Esta institución ha sabido que el multimillonario Reynold Morse, ya titular de una gran colección de obras de Dalí, situada en Cleveland (Ohio), está muy interesado en la compra de nuevos cuadros.

También fuentes de la Generalidad afirmaron que el deseo de esta institución es que, en principio, queden en Cataluña la mayor parte posible de,cuadros de Dalí. En este sentido, gran parte de la atención se centra en la llamada Colección Gala, conjunto de cuadros cuyo valor total sería de más de 2.000 millones de pesetas. Lo integran numerosas obras donadas por el pintor a su esposa. En principio, Dalí habría pensado recoger esta colección, desperdigada por el extranjero y depositarla en la zona del Alto Ampurdán, en la que Dalí nació. Pero, de momento, dicha colección continúa desperdigada. Sobre la intención real de Dalí, de donar o no sus cuadros, existen dudas. Estas dudas incrementan si se analiza la posible actuación de Gala, en caso de fallecimiento de su esposo.

"Asombrar"

Por el momento, el museo Dalí de Figueras tiene poco de museo y mucho de happening. En efecto, aquel museo es una gran atracción turística masiva, pero no un centro artístico importante. Las obras interesantes de Dalí allí ubicadas se cuentan con los dedos de una mano, mientras que las destinadas a pretender «asombrar» al visitante son más abundantes. Todo indica que aquel museo corresponde en gran parte a la idea que Dalí tiene de los museos, de los cuales, por cierto, ha cobrado muchos millones por obras suyas. En efecto, el 17 de marzo de 1971, Dalí declaraba al semanario francés L'Express: «Para mí, un museo es un centro de cretinización incomparable».

Franquista reiteradamente confeso, Salvador Dalí es un extranjero en su tierra. Durante años, Dalí ha mantenido su residencia oficial -la del pasaporte- en Nueva York, que quizá posiblemente aún posea, pese a que en la ciudad norteamericana viva, durante todo el invierno, en un hotel de superlujo, el Saint Regis. Ello le obligaba a unos fuertes pagos de impuestos, como un ciudadano americano, hecho que contrastaba con la benignidad fiscal del franquismo. Fuentes próximas a su persona veían en ello un temor de Dalí ante la posible caída del dictador. Pero tampoco hacía nada para atraerse a sus connacionales, y en concreto a la intelectualidad catalana. Lo prueban unas declaraciones efectuadas a un vespertino barcelonés el 21 de agosto de 1971: «Todos los intelectuales son unos imbéciles, especialmente los catalanes».

El futuro de la obra de Dalí puede ser la antítesis de lo sucedido con la de Pablo Picasso. También pueden diferir en grado sumo los papeles representados por el secretario de uno y otro pintor. Como es bien sabido, a mediados de la década de los cincuenta, el secretario de Picasso , Jaime Sabartés i Gual, donó a la ciudad de Barcelona unas seiscientas obras del pintor malagueño. Anteriormente, en 1953, había donado al Museo de Bellas Artes de Málaga su biblioteca picassiana, compuesta por unos cuatrocientos libros. Posteriormente, el propio Picasso, totalmente solidario con el generoso acto de Sabartés, también donó a Barcelona una parte apreciable de su obra. Ambas donaciones conforman el actual Museo Picasso de la Ciudad Condal.

Ahora, el gran tema consiste en ver qué diferencia podrá establecerse desde la Generalidad entre los respectivos papeles de Gala y de Enrique Sabater. Ambos son elementos decisivos. En los últimos años, todo aquel que por razones relacionadas con la compra de cuadros quería aproximarse a Dalí debía pasar por Sabater. Era el único medio. La inmensa fortuna reunida por Sabater y el misterio impenetrable que rodea la enfermedad de Dalí -sobre quien no se ha emitido ningún parte médico- permiten las más diversas cábalas.

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