Escasa calidad en el Festival de Cine Infantil de Gijón
La presente edición del Certamen Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud (Cerinterfilm-80), que se clausura mañana, viernes, en Gijón, está produciendo cierto desencanto tanto entre los miembros de los jurados como entre los propios niños. Un número considerable de los críticos y especialistas que asisten al certamen coinciden en señalar la escasa calidad de varias películas exhibidas hasta ayer, ya casi la mitad de las cien previstas, y señalan la conveniencia de que los niños recuperen su papel de protagonistas en el festival.Uno de los principales representantes de esta corriente contestataria hacia el festival de cine infantil, el impulsor del movimiento Niños para Gijón, Baltasar Martínez Miñambres, señalaba el lunes que «los niños se aburren en el certamen. Nosotros hace nueve años que venimos a Gijón, y siempre lo hacemos con la ilusión y la esperanza de encontrar cada año un cine mejor, adaptado a la psicología e interés de los chavales. Esperamos encontrarlo alguna vez, porque, en definitiva, cada año esperamos y lo buscamos, pero nunca lo encontramos. Claro que el tema es difílcil, porque los adultos no nos adaptamos a la mentalidad de los niños, y de esta manera hay una disociación entre el cine y el niño». Paralelamente, Baltasar Martínez Miñambres apuntaba otro tema en el que coinciden la mayoría de los expertos que participan en el certamen, incluido su propio director, Isaac del Rivero: la necesidad urgente de que los niños adquieran una formación cinematográfica: «A nosotros nos gustaría oír unas palabras en torno a lo que piensa hacer el Ministerio de Cultura en este sentido y que, por supuesto, ya no tienen que ser promesas, porque los que hemos venido a Gijón estamos cansados de promesas».
Opiniones parecidas a éstas son compartidas por otros especialistas del mundo infantil presentes en el certamen. La escritora italiana Adela Turin, qué forma parte del jurado infantil de Cerinterfilm-80, estima que las películas exhibidas hasta ahora «son francamente discriminatorias para las niñas y también para los niños, o ni siquiera tienen un mensaje, son incoherentes o están mal organizadas». No obstante, Adela Turin considera que sí se hacen en algunos países buenas películas para niños, «lo que ocurre es que no han llegado aquí y, si no hay alguien que se ocupe, no llegarán nunca, porque no pasan por los canales oficiales de distribución». La argentina Mariel Soria, miembro del jurado juvenil, sólo salvaría de las películas proyectadas hasta ahora Pájaro Azul, que representa a la República Federal de Alemania. «Las restantes son para volverse loco».
SimuItáneamente al desarrollo del certamen están celebrándose unos cursillos denominados «Lecciones de cine», que dirige Miguel Picazo. La intención de estas enseñanzas es «que los niños aprendan el cine viéndolo: la práctica es lo que cuenta. Hay que enseñar el cine lo mismo que se enseña matemáticas o geografía», asegura Picazo.
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