Bonn anunciará hoy una "noticia importante" relativa a la distensión Este-Oeste
El Consejo de Ministros de la República Federal de Alemania celebrará hoy una reunión extraordinaria, antes de que el canciller Helmut Schmidt presente en el Parlamento una declaración de gobierno sobre su viaje de dos días a Moscú. El consejo celebró ayer una reunión ordinaria. En una reunión con los periodistas, ayer tarde, el portavoz oficial del Gobierno, Klaus Boelling, anticipó que hoy se produciría una «noticia sustancial» y comentó que «existen indicios de que algo está en movimiento». A una pregunta sobre si el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, en viaje de información sobre la cumbre germano-soviética de Moscú, «se trasladó ayer a París y Washington únicamente para informar o también para transmitir alguna proposición de los soviéticos», el portavoz se limitó a responder que debe confiarse en la utilidad del viaje del ministro.
En las horas inmediatas a la declaración de gobierno, las especulaciones proliferan en Bonn. El «moderado optimismo» que reflejó el canciller en su conferencia de prensa del. martes por la noche en Moscú podría tener un punto de apoyo: una oferta formal soviética en el tema de los euromiles, a cambio quizá de cierta con descendencia «pro forma» de Occidente en el espinoso problema de Afganistán.Que el Consejo de Ministros extraordinario se convocara ayer para las ocho de la. mañana de hoy no deja de sorprender. Que la OTAN haya aplazado también hasta hoy la reunión anunciada inicialmente para ayer podría indicar que existe algo concreto que requiere una respuesta inmediata.
Plácemes y silencio hermético
Por lo demás, el portavoz no escatima calificativos estimulantes al viaje del canciller hasta el Kremlin: «encuentros satisfactorios», «resultado importante y positivo». Pero el silencio por parte del Gobierno es hermético: Klaus Boellingse remitió insistentemente en su última conferencia de prensa a lo que mañana, comunique el canciller ante el Parlamento, en su exposición sobre perspectivas de negociación en materia de euromisiles.
Por otra parte, en Moscú se comentó, una vez concluida la conferencia de prensa, que, al parecer, los soviéticos no coinciden con los alemanes en su análisis de la «incondicionalidad» de la oferta occidental (rearme más negociación). Para ellos existe una notable diferencia entre la suspensión de la producción por Moscú de nuevos cohetes de mediano alcance, a cambio de la no instalación de los misiles euroestratégicos en la Europa de la OTAN.
La contrapartida sería, según se atribuye a los soviéticos, que Moscú se abstuviese de instalar el correspond¡ente armamento paralelo en países aliados del Pacto de Varsovia, como en la República Democrática Alemana. La inesperada reunión de Schmidt y Genscher con el ministro de Defensa soviético, mariscal Ustinov, y con el jefe del Estado Mayor soviético, Ogarkow, que se prolongó dos horas, parece cobrar una especial trascendencia en cuanto a la oferta de «informaciones importantes» de que ha hablado el canciller. Que el sigilo de Helmut Schmidt es muy celoso parece indicarlo que el informe presentado ayer por el jefe del Gobierno a los ministros «se hizo en términos muy similares a los utilizados en la conferencia de prensa de Moscú», según Boelling.
La oposición democristiana (CDU-CSU) difundió ayer una nota criticando el comunicado final de la visita de Schmidt a la capital soviética. Para los conservadores, este comunicado, poco revelador desde luego, es «un documento de manos vacías», valoración que podrá cambiar, según la nota, si hoy se dan a conocer nuevos detalles. Para la oposición, quien realmente ha obtenido ventajas de este viaje es la Unión Soviética, que ha visto romperse el aislamiento al que estaba sometida desde el comienzo de la crisis afgana.
Por lo demás, en los medios de prensa alemanes se ha criticado la incorrección del diario oficial Pravda al transmitir mutilado a sus lectores el discurso de Helmut Schmidt durante la cena oficial que se le ofreció en el salón de la zarina Catalina la France, en el Kremlin. En la versión de Pravda, además de faltar frases capitales de Schmidt, relativas a Afganistán y misiles de mediano alcance, se han añadido puntualizaciones de redacción que los alemanes han considerado incompatibles con el protocolo de los hechos.
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