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Críticas al Ministerio de Cultura por los daños causados a una iglesia prerrománica asturiana

La Consejería regional de Cultura ha presentado al Consejo Regional de Asturias una propuesta de enérgica protesta al Ministerio de Cultura «por el increíble atentado sufrido por la iglesia de San Martín de Salas bajo la excusa de su restauración», según dice textualmente el escrito al que tuvo acceso EL PAIS.

Los restos más valiosos en la primitiva edificación prerrománica, empotrados en la nueva iglesia gótica fueron arrancados sin vigilancia alguna, sin estar presente ninguna persona responsable de la dirección general o de la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico-Artístico, por dos obreros de una empresa de construcción madrileña encargada de las obras de la iglesia de Salas, contando como única información con unas fotocopias de las piezas. «Con olímpica ignorancia sobre cualquier técnica moderna de restauración», afirma el informe de la Consejería de Cultura, «se cajearon las piezas con un cortafríos y se embalaron en unos restos de cajas de cartón atados con alambres, pasando a depositarse en una pocilga salense en espera de que una furgoneta las trasladase a Madrid. Ni que decir tiene que tales piezas sufrieron abundantes desperfectos, ni tampoco que él hecho de no haberse realizado con cuidado toda esta operación produjo daños en el retablo rococó de la iglesia, ni que pueda existir la garantía de que todas las piezas empotradas en la iglesia se hayan levantado para su restauración». Basta como ejemplo el que una de ellas haya sido encontrada por el propio alcalde de Salas, entre los escombros, al día siguiente.El consejero de Cultura Atanasio Corte manifestó a EL PAIS que el director general del Patrimonio Artístico, Javier Tusell, había sido suficientemente informado de la preocupación que existe en Asturias sobre el criterio que se piensa seguir en las obras a realizar en los monumentos prerrománicos de San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco, Santullano de los Prados, Santa Cristina de Lena y San Martín de Salas.

El Ayuntamiento de Salas decidió impedir el traslado de las piezas a Madrid, donde iban a ser restauradas y copiadas. La iglesia de San Martín fue donada en el año 896 por don Gonzalo, hijo de Alfonso III el Magno, a la catedral de Oviedo. Al haberse consumado la antigua edificación, Adefonso Confesor manda reedificarla en el año 951. En 1006, el testamento de doña Valesquida, esposa de Bermudo II de León, confirma la donación de la, iglesia a la catedral ovetense. Derribada en el siglo XV, se cambia su constitución original. A esta época pertenece su puerta principal gótica. Los restos más valiosos de la primitiva edificación fueron empotrados en la iglesia gótica. Para Manuel Gómez Moreno, las piezas arrancadas estos días en Salas representan el canto del cisne de la ornamentación de las iglesias asturianas. El consejo de Cultura propone el encargo de los trabajos de restauración que sean precisos a especialistas en arte asturiano, especialistas que, según asegura, están en Asturias.

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