Importante visita a Bonn del vicepresidente del Gobierno de la URSS
Pocos días después de que el candidato conservador a la cancillería de la República Federal de Alemania (RFA), Franz Josef Strauss formulase graves acusaciones de «prosovietismo creciente» y «progresiva neutralización de la RFA» contra el canciller Helmut Schmidt y el Partido Social Demócrata (SPD), llega hoy a Bonn el vicepresidente del Gobierno soviético, Nicolai Tijonov. Se trata de la primera visita de un alto dirigente soviético -Tijonov es la máxima autoridad en su Gobierno en materia de comercio- que visita la capital federal tras el comienzo de la crisis de Afganistán.Los dos objetivos primordiales de su viaje puede que no satisfagan plenamente a Estados Unidos o, al menos, puede que susciten nuevas suspicacias entre Washington y su aliado, la RFA. Bonn se ha ocupado en subrayar que el político de Moscú llega para tomar parte en una «reunión rutinaria» de la comisión mixta soviético-alemana de comercio. Los objetivos reales de esta visita son, según los expertos, el de concretar el temario de las conversaciones que mantendrá en Moscú, el 30 de junio y el 1 de julio, el canciller Schmidt y, al tiempo, reactivar en lo posible el comercio ante la RFA y la Unión Soviética.
En cuanto a las «circunstancias», que no «condiciones», del viaje del canciller a Moscú, Bonn se ha vuelto más flexible en la forma desde el encuentro de los presidentes Giscard d'Estaing, de Francia, y Leónidas Breznev, de la Unión Soviética, en Varsovia, el pasado día 19: Schmidt no vincula su viaje a la necesidad de que de él se deduzcan resultados positivos inmediatos en la crisis afgana. Basta que los soviéticos digan claramente que desean la reanudación del diálogo sobre control y limitación de armamento, con especial incidencia en las armas nucleares de mediano alcance.
El Gobierno federal cuenta, al parecer, con garantías de que Moscú está dispuesto a negociar una solución política de la crisis afgana. Olof Palme, líder socialdemócrata sueco y el último político europeo que ha sondeado directamente al Kremlin, ha declarado esta semana al semanario socialdemócrata Vorwaerts que en Moscú «se observa una amplia disponibilidad de la prosecución del diálogo sobre política de distensión y limitación de armamentos».
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