Acercamiento de dos colosos
Esta visita histórica del primer ministro chino, Hua Guofeng, ocurre en un momento en que un antiguo canal de comunicación entre ambos países, Corea del Sur, está en efervescencia. La situación en este país estará en la orden del día en las entrevistas entre Hua y su homólogo japonés, Masayoshi Ohira.China, que se opuso durante largo tiempo al tratado de alianza entre Estados Unidos y Japón, hizo más tarde varias declaraciones a favor de los esfuerzos japoneses para reforzar su capacidad defensiva.
En el curso de los últimos meses, varias personalidades gubernamentales chinas, entre las que se cuenta al primer viceprimer ministro, Deng Xiaoping, señalaron su deseo de ver el reforzamiento de la defensa japonesa ante diversas delegaciones niponas en visita a China.
Según el diario japonés Asahi Shimbun, Hua Guofeng podría llevar a Tokio un plan de seguridad centrado en China y Japón, incluyendo a EE UU y Europa occidental, dirigido contra la URSS. Sin embargo, estiman los observadores, tal plan no cuenta con el beneplácito japonés, que tiene ya un espinoso asunto a solucionar con Moscú respecto al archipiélago de las Kuriles, ocupadas militarmente por los soviéticos y cuya soberanía reclama Japón, con el consiguiente rechazo de la Unión Soviética. Por tal razón, las negociaciones entre Moscú y Tokio para un tratado de paz están en punto muerto.
Al contrario, China y Japón firmaron su tratado de amistad en 1978. Ambos países habían normalizado sus relaciones en 1972 y dos premiers nipones han visitado Pekín, Kakuel Tanaka en 1972 y Masayoshi Ohira en 1979. De parte china, Deng visitó Tokio en 1978 y 1979.
La reacción soviética a esta visita no se hizo esperar. El pasado lunes, Pravda, órgano oficial del PC soviético, publicó un artículo, firmado con el seudónimo de Yuri Alexandrov, que refleja el criterio de los más altos organismos de la URSS, en el sentido de que el viaje de Hua a Tokio «busca la provocación de un enfrentamiento entre el Este y el Oeste».
Por su parte, la agencia Tass calificó el viaje de «peligroso» y analiza el hecho de que China experimentase con misiles intercontinentales unos días antes de que se iniciase esta visita. La agencia acusó claramente a Pekín de «tratar de arrastrar a Japón a una política antisoviética».
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