Estados Unidos y la Union Soviética deciden en Viena seguir dialogando sobre la crisis de Afganistán
, Estados Unidos y la Unión Soviética consideran necesario proseguir sus conversaciones en relación con el conflicto de Afganistán, manifestó a la Prensa en una breve explicación, de un minuto, el secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, tras una conversación demás de tres horas. En un principio se había previsto para este primer encuentro soviético-norteamericano, tras el inicio de la crisis afgana, solamente media hora. Muskie, que apareció sólo ante la prensa, dijo que había formulado a su colega soviético, Andrei Gromiko, una serie de preguntas y que había mantenido una «larga y seria discusión».
Apenas unas horas antes, Muskie lanzó duros ataques contra la política exterior soviética en el transcurso de su discurso conmemorativo del 25º aniversario de la firma del tratado del Estado austríaco.Tras la entrevista entre Muskie y Gromiko, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano informó que en el transcurso de las tres horas que duró la entrevista estuvieron ellos solos acompañados de sus intérpretes, y en ningún momento tuvieron que recurrir al auxilio de los expertos que se hallaban reunidos en una sala contigua.
En la breve alocución a la prensa, arriba mencionada, Muskie especificó que se ratificaba en su opinión «de que era necesario este contacto», del cual no comentó detalles, «antes de informar al presidente». «Espero», añadió, «que el encuentro lleve a nuevas discusiones con vistas a lograr una solución en un futuro no lejano».
Por su parte, Andrei Gromiko abandonó la sala del palacio Redoutensaal por la puerta trasera, evitando a los periodistas. Fue en esta misma sala donde Breznev y Carter firmaron, con un beso, los tratados SALT II, el mes dejunio de 1979.
Dureza de Muskie
El secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, ensombreció ayer, con una alocución calificada por los austríacos como «muy clara y dura», la ceremonia conmemorativa del 25 aniversario de la firma del Tratado de Estado de 1955 por el que Austria recuperó el 15 de mayo, de aquel año su plena independencia. A diferencia de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña, que tan sólo rozaron indirectamente en el acto del palacio de Belvedere la situación internacional actual y se concentraron, sobre todo, en el sentido del Tratado, Muskie contrapuso la «política de neutralidad activa» de Austria, con la situación actual en «muchas partes del mundo».
Muskie se extendió en analizar el conflicto entre los países industrializados y el Tercer Mundo, y el fenómeno del terrorismo internacional, y añadió, sin citar expresamente a Afganistán, que la «agresión en una región del mundo pone en cuestión a todas las demás» del mismo. Según el ministro norteamericano, su Gobierno está decidido a dar debida respuesta a todas las iniciativas agresivas, para ayudar al mantenimiento de la independencia de las naciones.
Estados Unidos está dispuesto, también, a velar «con una defensa fuerte y una alianza firme » por la consecución del equilibrio. Su país, según Muskie, desea que se conserve la «estructura fundamental de las relaciones Este-Oeste». Una reducción del potencial armado sólo es viable, en este contexto, si permanece la base del equilibrio.
Edmund Muskie coincidió con los soviéticos en que la Conferencia de Madrid debe ser ocasión de llevar a cabo una discusión del período transcurrido desde la reunión de Belgrado, pero, y aquí repitió una nueva alusión a Moscú, todos deben contar con que la distensión sólo es viable en un clima de respeto basado en el derecho internacional.
La intervención de Muskie fue escuchada por su homólogo soviético, Andrei Gromiko, con la mirada baja y el rostro más tenso de lo que en él es habitual. Antes de la intervención del ministro norteamericano, que cerró la de los cuatro ministros de las potencias signatarias del tratado de 1955, sólo se había producido una alusión a la crisis de Afganistán. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean François-Poncet, analizó el «mensaje del Tratado de Estado» con estas palabras: «Poniendo fin a una ocupación militar que ya no era justificable, eligiendo la vía del entendimiento en lugar de la confrontación, restableciendo los derechos de una nación, profundamente afectada en su identidad, las cuatro potencias tomaron una decisión de la que se benefició toda Europa y ellas mismas».
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