Suarez se entrevistó con el vicepresidente norteamericano y varios líderes europeos
Adolfo Suárez, Felipe González y Santiago Carrillo han participado intensamente en el torbellino diplomático y político que convocó en Belgrado a decenas de jefes de Estado, de Gobierno y líderes de partidos políticos. Desde las primeras horas de la mañana, los tres líderes políticos españoles han estado sumergidos en el casi increíble «rebaño» de líderes políticos de todo el mundo, prodigando saludos y concertando encuentros rápidos. El presidente Suárez tuvo como primer interlocutor al vicepresidente norteamericano, Walter Mondale; Felipe González, a Willy Brandt, y Santiago Carrillo, a Enrico Berlinguer.
Adolfo Suárez parecía algo despistado en el centro del conglomerado, en el que no conoce personalmente a muchos de los protagonistas presentes en Belgrado. Tampoco el presidente español era muy conocido ni saludado por la gran mayoría de las delegaciones. El propio Suárez diría: «He saludado a tanta gente que no sabría decir en este momento quiénes son ». Oreja fue su introductor. No obstante, Adolfo Suárez ha saludado y con versado, sobre todo, con políticos europeos y otros de la órbita occidental-atlantista. En encuentro con Carlos Rafael Rodríguez número tres cubano, y dos besos con Arafat constituyeron su equilibrio por la izquierda, que, desde el punto de vista español, se completó con un abrazo que propició a Santiago Carrillo -me lo dio él, diría el líder comunista- y un saludo afectuoso a Felipe González.A estos contactos se les sumó a última hora un encuentro con el presidente rumano, Ceaucescu, a quien conocía de su visita a Madrid.
A primeras horas de la mañana, Suárez conversó con Walter Mondale. En esta conversación, la crisis de Oriente Próximo y la situación iraní constituyó el centro del diálogo. Suárez informó a Mondale de su gira por Siria y Arabia Saudí y de su encuentro con Arafat. Todas estas cuestiones, desmenuzadas en veinticinco minutos, fueron también punto de referencia del diálogo que el jefe del Gobierno español mantuvo con otros líderes europeos, como Barre, Schmidt Sa Carneiro, Martens, Soares y Cossiga, respectivos dirigentes de Francia, República Federal de Alemania, Bélgica, Portugal e Italia. Las relaciones Este-Oeste y la candidatura de España a la CEE fueron también cuestiones que desde la óptica de la Conferencia de Seguridad de Madrid y de la crisis interna comunitaria entraron en los diálogos apresurados.
Los temas Oriente Próximo, Irán y Afganistán fueron también objeto de debate en un encuentro que Suárez mantuvo con el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim. El presidente no olvidó la dimensión africana y americana de su política exterior, con roces y saludos con dirigentes árabes -estaban Chadli, de Argelia, y Abdelaziz, secretario general del Polisario- y con primeros representantes de América Latina. De este continente, Suárez mantuvo conversaciones con el cubano Rodríguez con el presidente Royo, de Panamá; con el primer ministro de Perú y con el ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, Scotto.
El líder del PSOE, Felipe González, se ha declarado maravillado del espectáculo de Belgrado. «Esto podría ser un gran ejemplo de la democracia, líderes políticos, dirigentes, jefes de Estado y de Gobierno entremezclados sin protocolo, sentados en el suelo y unidos en el espacio, a pesar de defender ideas y sistemas tan distintos, tan diferentes».
El dirigente del PCE estaba emocionado con esta convocatoria. Esta «es la cita más extraordinaria de la historia de los últimos tiempos, sobre todo a la vista de la tensión mundial. Ni en el encuentro de De Gaulle se reunieron tantas personalidades », señaló Carrillo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.