Felipe Gonzalez cerró la campaña de los socialistas catalanes
La campaña socialista finalizó anoche con un mitin en el palacio de los Deportes de Barcelona, al que asistieron entre 8.000 y 9.000 personas. El acto constituyó el último esfuerzo del Partido Socialista Catalán por rodear de calor popular a Joan Reventós como candidato a la presidencia de la Generalidad. Un incidente con un pequeño grupo de personas, que lanzaron gritos contra el acuerdo-marco UGT-CEOE, dio pie a Felipe González para afirmar que su partido estudiará cuidadosamente, antes de cualquier alianza, «las coincidencias y las lealtades» de las demás fuerzas políticas.
Josep Andreo i Abelló, ex presidente del Tribunal Supremo de Cataluña durante la República y actual candidato a la presidencia del futuro Tribunal de Casación, recordó ante los asistentes la figura del presidente Companys, fusilado por Franco poco después de la guerra civil, y transmitió simbólicamente a Reventós el espíritu del histórico presidente, «que ha permanecido vivo entre nosotros», afirmó. El abrazo entre Abelló y Reventós levantó al público de sus asientos en medio de una inmensa ovación.Otro momento similar, aunque por motivos distintos, se produjo cuando Felipe González exponía las razones de su partido para defender el acuerdo-marco UGT-CEOE. Algunas personas lanzaron gritos hostiles, momento en que el líder del PSOE, señalándoles con el dedo, gritó: «Hay algunos que hablan de unidad de la izquierda y la practican así», lo cual echó al auditorio materialmente encima del pequeño grupo, que optó por retirarse.
Poder popular frente a poder de la derecha
Toda la exposición del secretario general del PSOE se dirigió anoche a destacar el, gran avance obtenido por su partido en la búsqueda del respaldo popular, así como lo que calificó de «retrocesos de la oligarquía». Dijo que hace más de tres años surgió de las raíces de la sociedad un proyecto socialista, mientras nacía desde arriba el partido de UCD. «Frente al poder absoluto y centralista del partido del Gobierno, empieza a aparecer un poder popular, que ha ido arrancando parcelas de libertad y democracia. Eso lo ha visto la oligarquía, y por ello la derecha se ha puesto nerviosa; por eso intentan paralizar la construcción del Estado de las autonomías que establece la Constitución, porque se dan cuentan de que los pueblos de España van escapando a su control. »
Tras afirmar que «las autonomías son la esencia misma del nuevo Estado», comparó a Adolfo Suárez con el rey Luis XIV de Francia, símbolo de la famosa frase «el Estado soy yo». Terminó recordando que si los socialistas no descubren en otras fuerzas las coincidencias y lealtades necesarias, «seguiremos adelante con nuestro propio proyecto político ».
Tanto Felipe González como los demás oradores -y singularmente Narcís Serra, alcalde de Barcelona- resaltaron en sus parlamentos la personalidad de Joan Reventós, quien cerró el mitin con la exposición del programa de gobierno socialista en Cataluña y la aseveración de que «la burguesía carece de todo proyecto propio para la Cataluña de hoy». También tuvo palabras de condena para todo intento lerrousista o nacionalista de vía estrecha.
Futuros problemas
El impulso a la candidatura de Reventós no tiende sólo a crear un motivo, más para incitar al voto a los electores socialistas, sino que trata de anticipar la postura del PSC cara a la elección de presidente de la Generalidad. En el supuesto de que los socialistas fueran, el 21 de marzo, el primer partido de Cataluña, la carencia de mayoría absoluta obligaría a efectuar, alianzas o, al menos, acuerdos parlamentarios. El presidente de la Generalidad ha de ser elegido por la mitad más uno de los diputados al Parlamento catalán, quorum que se exige en las dos primeras votaciones -la tercera se haría por mayoría simple-; mientras el Parlamento no resuelva el tema, Tarradellas continuará al frente de la Generalidad.
La segunda cuestión es, ¿a qué se dedicarán la Generalidad y el Parlamento catalán durante los próximos años, si Madrid restringe las transferencias? «Desde el punto de vista de la racionalidad política», ha contestado Felipe González a esta pregunta, «lo más conveniente es que el timón de la Generalidad lo lleven los socialistas, porque desde el punto de vista del Estado sería la fuerza con mayor nivel de arropamiento y solidaridad. El Gobierno de UCD quiere frenar el proceso autonómico, según demuestra la historia: ahí tenemos el caso de Galicia, una región con mayoría centrista, en la que el problema consiste en que el Gobierno no quiere ceder competencias, ni siquiera a la UCD de Galicia. Por tanto, la fuerza que puede arrancar parcelas de poder para Cataluña es la alternativa socialista; de todas maneras, sea cual sea la composición de la Generalidad, podrá contar con nosotros para llenar de contenido el Estatuto de Autonomía.»
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