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"Lo cultural es la manifestación crítica de la libertad"

Conferencia de Ignacio Sotelo sobre "Cultura y sociedad capitalista"

«Una obra cultural es cualquier manifestación de la libertad que se desprende críticamente de lo existente.» Esta es para Ignacio Sotelo, secretario de relaciones culturales del PSOE y catedrático de Politología de la Universidad Libre de Berlín, una de las acepciones más amplias de cultura expresada ayer en el transcurso de una conferencia que pronunció en la Universidad Pontificia de Comillas, de Madrid, bajo el título Cultura y sociedad capitalista.

En la primera parte de su conferencia Ignacio Sotelo intentó fijar un concepto de cultura sobre la base de la universalidad de lo humano -multiplicidad de fines y de medios- que culmina en la experiencia de la libertad. «La no identificación con lo existente en sus diversos planos significativos (la radical alteridad con el mundo, la idea de sí mismo y la opinión de los otros) es la experiencia que permite relacionar intrínsecamente los conceptos de cultura, de crítica y de libertad.»Desde esta noción de cultura como expresión de la libertad el conferenciante analizó la sociedad capitalista, de la que resaltó tres elementos constitutivos: la reducción de la multiplicidad de fines que constituye lo humano a un solo fin coherente con la sociedad, la maximalización individual de los beneficios; la división vertical del trabajo, y la organización y disciplina del trabajo y del tiempo libre.

Desde esta triple perspectiva, para Ignacio Sotelo, las actividades culturales de nuestra sociedad en la producción de un bien cultural con una posición particular en el mercado dedicada preferentemente a la ocupación del tiempo libre de determinadas clases sociales. La cultura se presenta entonces como un bien de consumo para ciertas élites y en función del consumismo universal del capitalismo. De esta manera se multiplican las tendencias a crear distintos productos culturales apropiados a distintos mercados.

Tras relacionar la noción de cultura como manifestación de la libertad con la que se deriva de las condiciones reales del capitalismo (que presenta un producto para el mercado, que a su vez subraya la discriminación de la que surge), Ignacio Sotelo dijo que la tensión entre ambas nociones -cultura como libertad y cultura como consumo- define las coordenadas dentro de las cuales cuaja la obra cultural de nuestra sociedad.

Dentro de este marco -terminó el conferenciante- se puede diseñar una política cultural posible que tendría que basarse en la ayuda pública tanto al desarrollo cultural (la cultura de calidad no pervive abandonada a las leyes del mercado) como a su expansión por encima de las fronteras de clase, mejorando la infraestructura cultural, es decir, las bibliotecas, las aulas de cultura, los museos y otras manifestaciones o centros de creatividad y exposición que recogen de alguna manera parte del mundo de la cultura entendida como libertad.

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