España se halconiza

El cisne del SEU es ya el halcón de UCD y cae sobre la paloma de Rafael Alberti, se equivocó la paloma, se equivocaba, y tanto que se equivocaba -la equivocaban- la paloma arabigoandaluza, aunque Carmen Díez de Rivera, Rosa Montero y un largo rastro de intelectuales y progres fueran la otra semana a Andalucía para soltar palomas como síes. Andalucía es lo que en la revista El Jueves llaman «las tierras del señorito », y aunque José Antonio -ese desconocido- Primo de Rivera dijo que «el señorito es la degeneración del señor», lo cierto es que la democracia es hoy paloma asustadiza que vuela entre un señoritismo ecuestre y un horterismo ucediario de diplomacia cortefiel y esculpido ideológico a navaja cabritera, que ya se patrocina desde los poderes, como sin querer, una nueva sindicación totalitaria del periodismo, un control cibernético /centralista del autonomismo y una halconización gubernamental de las Cortes, alto palomar de las metáforas de Azaña. Tribuna policial, revista de la policía española, ejemplar y esperanzadora publicación, ha recogido la frase de Rojas Marcos:

- El paro andaluz es pólvora.

La propia revista reconoce que «la estructura policial antiterrorista es arcaica», en España. ¿Y qué se les puede exigir a unos policías arcaicamente pertrechados? José María Carrascal lo dice comentando la campaña electoral americana:

- América se halconiza.

El mundo gira, tal como averiguarán entre Galileo y Wojtyla, sólo que ahora más a la derecha.

Aquel meridiano escolar que pasaba por París (por París pasaba todo: meridianos y ballets de Diaghilev), pasa hoy por Carter, Thatcher, Giscard, los democristianos de Italia y don Federico Silva-Muñoz, que acaba de de cirlo:

- Mi coherencia política chocó con el anterior Régimen y choca con éste.

Pero confía en que Fraga y Piñar, dos halcones de la cetrería española a lo divino, volados del puño halconero de Rodríguez de la Fuente, vuelvan al palomar de El Debate, la Escuela de Periodismo de la Iglesia, Herrera el malo (el bueno era el de El Escorial), Sánchez-Juliá y la Biblia Nácar-Colunga, nacarada como una paloma trinitaria. Todo es posible en Granada, menos que gane un referéndum el pueblo. Julia/ Argüelles / Lugar-sin-límites, la pasota más militante de Madrid, presentaba anoche en una emisora su nueva revista A viva voz, con tres tiradas distintas para Vallecas, Carabancheles y Vaguada/Tetuán. Palomas de vuelo popular, guillenianas y cotidianas, sobre las que ya caen los halcones de la competencia periodística metida en pasta. Así, donde Julia da a Iniesta, el obispo cheli, la competencia dará a Angel Nieto, desclasado del mundo vallecano. El otro día llegaron unos señores raros preguntando cuántos hijos tenía el Padre Llanos por el barrio. Los halcones de la peor cetrería madrileña vuelan hasta hacer víctimas en el palomar obrero de Palomeras. Lo cual que el productor Manzanos le ha pedido a Llanos que aparezca en su próximo film Proceso a Franco, y el jesuita se ha negado por no meterse en un proceso que se presenta kafkiano. Peligran travestís y periodistas. España se halconiza.

Ayer, Manuel Vicent y otros solanáceos festejaron /festejamos al pintor Solana, «el gran estafado», como le llamara Eugenio d'Ors, que siempre ha habido halcones de antaño en los nidos d e hogaño, y a la misma hora, en el Club Veinte y pico, Carrillo explayaba una política colombófila de paz frente a un friso de halcones multinacionales que tintineaban irónicamente el hielo del whisky muy al fondo del bar. Vuelan halcones oriundos sobre la geografía polisaria, Suárez, como digo, ha ido a cambiarle a Schmidt el cisne del SEU por el halcón de hierro de Bismarck, los halcones del terrorismo disparan con telerrifle sobre la paloma del mediodía, vuelve la tentación presidencialista y mi gato, que vive al día, ya sólo come halcón en escabeche.