Televisión: te llamas escándalo
« ( ... ) Doble escándalo, el de la corrupción y despilfarro de los recursos económicos del Estado destinados a Televisión; el de que el informe en cuestión sea conocido, por los medios que sea -y nos parece legítimo el que El País hasta utilizado-, por un periódico, en tanto que era ignorado por la representación soberana del país, las Cortes, y por el resto de los medios informativos.El informe en cuestión necesita ser conocido por la opinión pública. No nos duelen prendas al subrayar el éxito obtenido por el colega. Lo que nos resulta inadmisible es la ocultación del informe en cuestión. Dada la gravedad de los hechos que pone de relieve, un Gobierno con responsabilidad nacional y con honestidad profesional de gobierno, con sentido de Estado, es el primero que debiera haberlo divulgado, aunque la divulgación ponga de relieve las responsabilidades de hombres del propio Gobierno. La autoridad de gobernar exige que, desde arriba, se aplique la norma de «luz y taquigrafós».( ... )
Subrayado el acierto del colega, no queremos dejar de subrayar nuestra disconformidad con la condena implícita que El País hace de la totalidad de los partidos parlamentarios, cuando hace la consideración de que en tanto que sucedían los hechos puestos de refleve en el informe de Hacienda, en el Parlamento se producía «una pugna de todas las fuerzas políticas para tomar posiciones en el futuro consejo de administración que deberá gobernar RTVE», de donde resultaría que los esfuerzos de comunistas y socialistas en el debate sobre el estatuto de RTVE estarían inspirados no por la preocupación de poner término a la corrupción y despilfarro, sino por controlar partidistamente el medio. ( ... )
Pero, en fin, lo esencial es que el escándalo televisivo ha sido estruendosamente denunciado en ese informe. Y que un sistema democrático como el que la gran mayoría aspira a construir es radicalmente incompatible con lo denunciado. Lo esencial es la constatación de que Televisión Española es hoy sinónimo de incapacidad, corrupción y escándalo. »
23 de enero
