La Asamblea General de la ONU una sesión de emergencia sobre Afganistán

La Asamblea General de las Naciones Unidas inició anoche en Nueva York la sexta «sesión especial de emergencia» de su historia, para considerar la situación en Afganistán y sus «implicaciones para la paz y la seguridad internacionales», según la convocatoria hecha por el Consejo de, Seguridad, con la oposición de la Unión Soviética.

Una resolución, patrocinada por Filipinas y México, en la que se convoca la Asamblea General para tratar la crisis de Afganistán, fue aprobada en el Consejo de Seguridad por doce votos a favor, con dos en contra (URSS y RDA) y una abstención (Zambia). Al tratarse de una cuestión de procedimiento, el voto negativo de la Unión Soviética no impidió la aprobación de la misma, por lo que el secretario general, Kurt Waldheim, convocó la sesión para las nueve de la noche del jueves (hora de Madrid).Sólo en cinco ocasiones se ha convocado en la historia de la ONU la sesión especial de urgencia de la Asamblea General, y todas ellas con ocasión de graves crisis internacionales: canal de Suéz (1956), Hungría (1956), Líbano (1958), Congo (1960) y guerra de los Seis Días, en Próximo Oriente (1976).

El embajador de Filipinas, Alejandro Yango, dijo ante el Consejo de Seguridad que la utilización del poder de veto por la Unión Soviética para bloquear una resolución sobre Afganistán, el pasado lunes, había «frustrado los sentimientos de la comunidad internacional sobre este asunto y que, dada la gravedad del mismo, el resto de las naciones deben tener una oportunidad para expresar su preocupación en un foro más amplio, sin regulaciones constrictivas.

Acogiéndose, pues, a la resolución de 1950, conocida como «Unidos por la paz», Filipinas y México señalaron que la falta de unanimidad entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. había impedido a éste ejercer su responsabilidad primaria de mantener la paz y la seguri4ad internacionales, y pidieron la convocatoria de la sesión especial de la Asamblea General, donde no existe el derecho de veto.

El embajador soviético, Oleg Troyanovsky, indicó que su Gobierno se opone a la convocatoria de esta sesión de urgencia para tratar un «problema que no existe», y dijo que todo se reduce a una estratagema de Estados Unidos y China, para llevar adelante sus planes hegemonistas e imperialistas y renovar la «guerra fría». En similares términos se expresó Peter Florin, embajador de la República Democrática Alemana, quien calificó de «intervención en los asuntos internos de Afganistán» la celebración de esta sesión urgente de la Asamblea General.

Votaron a favor de la resolución Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña, México, Filipinas, Portugal, Noruega, Jamaica, Bangladesh, Níger y Túnez, con lo que se consiguió holgadamente la mayoría requerida de nueve votos. La abstención de Zambia ilustró la situación delicada en que se encontrarán muchos países no alineados y tercermundistas, que río quieren ni condenar abiertamente a la URSS por su intervención en Afganistán, ni mucho menos cerrar filas en torno a Estados Unidos. La diplomacia norteamericana confía, por su parte, en que la sesión especial de la Asamblea General de la ONU sirva para crear una brecha, lo más amplia posible, entre el Tercer Mundo y su «aliado natural» la Unión Soviética.