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Industria de transformación agrícola y regadío, entre las soluciones

Los círculos empresariales y sindicales andaluces están de acuerdo en la imperiosa necesidad de proceder a una ampliación de tierras en regadío, a un fomento de la industria de transformación agrícola, a la obligatoriedad de que las cajas de ahorro reinviertan en aquella región en mayores proporciones y a la mejora de la infraestructura viaria, como bases para salir de la actual situación económica y de paro.Andalucía, en el capitulo de comunicaciones, es un embudo cuya garganta está en Despeñaperros. En las ocho provincias, por otra parte, la calidad y trazado viario es deficiente. «Para ir desde Almería a Sevilla es mejor pasar por Madrid.» En este capítulo todas las fuerzas sociales ponen el mayor énfasis en que sea la Administración del Estado quien destine fondos para su correspondiente mejora.

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La reinversión y financiación a bajo interés de las cajas de ahorro en la propia región es también un anhelo compartido. Empresarios y sindicatos, sin embargo, no están de acuerdo en el porcentaje que deberían reciclar, aunque sí manifiestan que, en cualquier caso, el actual resulta insuficiente.

La potenciación de la industria y las redes comerciales son reivindicación también común. En Andalucía se propone la creación de polos industriales cuyo objeto sea el tratamiento de los yacimientos minerales -las minas de plomo, uranio, hulla, plata, carbón, azufre y otras se reparten por las ocho provincias- y el fomento de la mecanización del campo. Junto a ellas se considera indispensable la inversión en industrias de transformación de los productos agrícolas y productos pesqueros (léase conservas vegetales), productos congelados o refinerías de aceite. La industria textil -Andalucía es una riqueza algodonera- no tiene tanto eco en el concierto económico regional andaluz, quizá debido a la crisis generalizada del sector.

El capítulo dedicado a regadío se entiende como el, más importante a largo plazo si se quiere hacer de Andalucía «la huerta de Europa» tras la incorporación a la Comunidad Económica Europea. Para la Federación de Trabajadores de la Tierra, afín a UGT, el subsuelo andaluz dispone de un volumen de aguas de 50.000 hectómetros cúbicos, con los que se podrían poner en regadío los siete millones de hectáreas andaluzas. Los planes de desarrollo para esa empresa, según la FTT, tendrían que pasar por la financiación de las cajas de ahorro, que con sus 536.195 millones de pesetas de crecimiento vegetativo podrían cubrir todas las necesidades. De paso, teniendo en cuenta que por cada cinco hectáreas se puede crear un puesto de trabajo, se solucionaría de forma radical el paro. Un paro, según la FTT, que puede ascender el próximo año a 557.000 trabajadores y que afectaría al 30% de la población activa de Andalucía occidental y al 24% de la oriental.

Para la Comisión Obrera de Andalucía (Coan), que remite sus propuestas a Comisiones Obreras, la Administración debería adquirir el compromiso de poner en regadío 30.000 hectáreas anuales.

En los programas de todas las fuerzas sociales figura como primordial el desarrollo de la formación profesional. Andalucía- tiene aún hoy un alto grado de analfabetismo y un porcentaje mayoritario de obreros no cualificados. En una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística en mayo de 1976 se ponía de manifiesto que el 80% de las familias residentes en los municipios con menos de 2.000 habitantes poseían un número de libros inferior a diez. La formación de los jóvenes, que conforman en la actualidad una cuarta parte del paro total, se impone con prioridad inmediata.

La tierra de los sin tierra

A Andalucía se le ha llamado la «tierra de los hombre sin tierra». Porque en aquella región el 80% de los braceros no la poseen y el 20% de la población acaparan la mitad de la superficie.

La Coan propone para Andalucía, entre otras medidas tendentes a solucionar el paro, la creación de un fondo de tierras basado, de forma singular en la expropiación, la potenciación de las explotaciones colectivas, una distribución más racional de la propiedad y un mejor aprovechamiento de la misma. Es, en definitiva, una lucha contra el latifundismo. Sugiere además el compromiso de que el INI asuma la creación de 5.000 puestos de trabajo al año y que SODIAN estimule la generación de otros 10.000. Propone por último, y entre otras alternativas, que los fondos de empleo comunitario se destinen en parte a la repoblación forestal, que daría trabajo a 20.000 jornaleros.

La Federación de Trabajadores de la Tierra, en su tercer congreso, celebrado en Madrida,a mediados del pasado mes de septiembre, presentó un detallado estudio sobre generación de empleo en Andalucía. Según la FTT, la jubilación obligatoria adelantada a los sesenta años proporcionaría de 25.000 a 30.000 puestos de trabajo; la abolición del trabajo a destajo, entre 10.000 y 15.000; el reparto del trabajo existente entre la mano de obra disponible, alrededor de 5.000; la vigilancia de las fincas inexplotadas, otros 5.000; la industrialización agraria, de 15.000 a 20.000, y un plan especifico de fomento del empleo juvenil, alrededor de 300.000. En este punto, la FTT propone beneficios fiscales del 75% para las empresas que contraten por un año como mínimo.

Un último punto, alternativa a la situación económica y laboral de Andalucía, es el desarrollo de la ganadería. «Cara a la Comunidad Económica Europea», asegura Rafael Pérez Piri, director de la central lechera UNIASA, «Andalucía tiene que ser una despensa cárnica.»

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