La riqueza arqueológica carece de protección

El deterioro del patrimonio artístico de Huelva / 1Aunque con problemas de lentitud burocrática, que siempre suponen un riesgo de deterioro, la parte del rico patrimonio histórico de la provincia de Huelva que ha sido objeto de la declaración de monumento se encuentra a salvo de especuladores e ignorantes. Pero todo lo que no ha entrado, por razones no siempre científicas, bajo el paraguas protector de la ley, y todo lo que no está ni siquiera explorado o descubierto por falta de medios -que es mucho-puede perderse en cualquier momento.

Desde hace varios años, el convento del Vado, en Gibraleón, está convertido en un taller de carpintería metálica, que funciona en régimen de cooperativa. Las monjitas que lo habitaban pensaron en disminuir el paro y empezaron por prestar parte del convento para cursos del PPO. Hoy, el templo como tal no existe («¿Y cómo quiere usted que haya misa en un taller?», razona una vecina de ropa negra), y con ello se ha perdido un bellísimo artesonado de tres o cuatro siglos de vida.En el propio cementerio de Gibraleón, que «no se habre los sábados», como explica el rótulo de su puerta, también se sorprende una talla del siglo XIV, en un perfecto estado de abandono y rodeada de latas de pintura. Otro convento, el de la Luz, en Lucena del Puerto, es de propiedad privada, y sus actuales dueños -herederos del cónsul alemán en Huelva, Klaus- están haciendo obras de restauración por su cuenta y sin que se conozcan muy bien sus últimas intenciones sobre el monumento.

Son ejemplos de cómo el patrimonio histórico -artístico de Huelva se está deteriorando a ojos vista, porque la ignorancia y la desidia han impedido que una parte respetable del mismo sea incluida en las declaraciones de monumentalidad y su correspondiente protección. Porque, por lo demás, todo lo que se considera oficialmente monumental está bien conservado, como el mihrab de la mezquita de Almonaster la Real (más antiguo que el de Córdoba), la iglesia en forma de L, de Villalba del Alcor o el conjunto de murallas e iglesias de Niebla. «La verdad es que para 1980 casi no sabemos ya qué restaurar», dicen en la Delegación de Cultura. Tal vez se esté notando ahora el localismo de Florentino Pérez Embid, que envió fuertes subvenciones a su sierra de Aracena durante su mandato.

No ocurre lo mismo, desgraciadamente, con el patrimonio arqueológico, en el que esta provincia tiene una riqueza impresionante. Actualmente se viene haciendo una investigación intensa, con cuatro o cinco equipos cada año y en diferentes lugares. Así se está conociendo el poblado céltico de El Castañuelo, el único en Anda lucía de este tipo, y se excava en Niebla, Almonte, Aljaraque... El problema es su mantenimiento y custodia, difíciles de resolver, porque haría falta un vigilante constantemente en cada monumento, según explicó a EL PAIS el director del Museo Provincial, Mariano del Amo. En su opinión, los saqueos en los últimos tiempos han sido mínimos en comparación con lo que ha sido tradicional durante muchos siglos.

«Los dólmenes de Zalamea están tan dispersos que necesitaríamos casi cien guardias para vigilarlos», concretó el señor Del Amo. Están, pues, sin vigilancia. Y un joven investigador de la propia Zalamea la Real ha denunciado e estado en que se encuentra este complejo dolménico, considerado internacionalmente como una de las muestras de la cultura megalítica más importante de Europa: inscripciones a punta de navaja colillas, hoyos hechos por iluso buscadores de tesoros y -no podía faltar en Huelva- dos dólmenes destruidos deliberadamente para plantar eucaliptos.

La destrucción de la historia de Zalamea no termina en el megalítico. También la necrópolis tardorromana del siglo VI fue arrasada, no hace mucho, por los tractores y demás maquinaria de la repoblación forestal, al igual que los escasos restos de una posible vía romana entre Ríotinto y Niebla «Y es que al señor eucalipto nada le importa la cultura», concluye el informe.

Mariano del Amo es un descubridor incansable de otra de las riquezas arqueológicas de Huelva las cistas,cajitas de pizarra conteniendo restos de gente que habitó la zona muchos siglos antes d Cristo. Se calcula que hay en la provincia cincuenta necrópolis llenas de cistas.