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Inaugurada la feria de Francfort bajo el signo de la crisis del libro

Se presentan las memorias de Nixon, Kissinger y Yehudi Menuhi

En la 31 edición de la Feria Internacional del Libro de Francfort, que se ha inaugurado recientemente con criterios nuevos, han sido presentados un total de 84.000 volúmenes de reciente aparición, además de otros 196.000 títulos editados anteriormente o reimpresos ahora. Esta muestra bibliográfica, una de las mayores del mundo, experimenta una crisis extensible a todos los países, especialmente a aquellos en los que el libro se considera más bajo el prisma del negocio, que como servicio a la cultura.

La República Federal de Alemania, país en el que ambos factores se mantienen en un equilibrio muy estimable, ha proyectado sobre la feria de Francfort su interés en que esta muestra no sólo sirva para que las editoriales cierren negocios, sino también para que el bibliófilo, o el bibliotecario o archivero, pueda encontrar en la exposición elementos de trabajo.En tal sentido se ha introducido este año una novedad: un centro de estudios para estos especialistas, con todos los medios modernos relacionados con su profesión, dotado de sistemas cibernéticos que constituyen un eficaz auxilio del perito en letra impresa. La bolsa de los libreros alemanes, y el director de la feria, Peter Weidhaas, son partidarios de renunciar a la ampliación de la superficie ferial -se han rechazado 35 peticiones de inscripción y otras 150 de alquiler de locales mayores-, con el fin de dotar a la muestra de mayor calidad. El número de expositores ha disminuido globalmente: de 5.098 editoriales presentes el año pasado, se ha pasado a 5.045 en esta edición. En cuanto a países, presentan su producción bibliográfica ochenta.

A diferencia de ediciones anteriores, esta vez no se ha fijado una temática concreta para la feria. En 1976 resultó un éxito rotundo, a efecto de contratación de traducciones, el encabezar la exposición-mercado como Año de Latinoamérica. Todavía el año pasado, y con un éxito menos sonoro, resultó también estimulante enlazar la muestra con el Año del niño. El próximo año, el tema será Africa, y en 1982 habrá un sugestivo eslogan: «Pequeños paises, grandes literaturas», aportación a los incipientes o antiguos valores literarios de los pueblos jóvenes del mundo.

Las literaturas en idiomas localizados en regiones poco extensas, tendrán dentro de tres años una buena ocasión de promocionar en Francfort su propia literatura. En principio se ha previsto ya una gama de ocho idiomas «menores», a efectos de divulgación, para que sus respectivas literaturas den cuerpo a la orientación de la feria de 1982.

El gran impacto de esta 31 edición de la feria de Francfort, es, sin duda, la oferta del primer tomo de las memorias del ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Ayer, Kissinger firmó los primeros ejemplares y, con ello, se da paso a un negocio de alcance mundial. Un millón de marcos ha pagado la editorial alemana BerteIsmann por la edición de la obra.

Otros autores con éxito garantizado aunque no provengan del mundo de la literatura y que estarán presentes en Francfort son el ex presidente Richard Nixon y el violinista Yehudi Menuhin, a quien los libreros alemanes han concedido el Premio de la Paz de este año. El género memoria, como el diario, se ha impuesto decididamente en el mundo editorial, hasta tal punto que domina sobre todos los demás. Según una encuesta del periódico muniqués Suddeutsche Zeitung, los editores de los principales países occidentales ven con inquietud el descenso drástico de traducciones, fenómeno que atribuyen a un diluido chauvinismo.

La televisión ha sido, para los editores, un medio que ha producido en el sector graves alteraciones. Mientras las editoriales internacionales con obras de autores como Sartre, Anouilli, Camus o Proust en sus programas se han beneficiado de los derechos por emisión de las mismas, la mayor parte de las editoras deben hacer frente a una situación difícil. En la República Federal de Alemania, país que cuenta en Francfort con la tercera parte de los stands de la feria, y que este año ha lanzado al mercado 50.000 títulos, no se subvenciona la promoción de jóvenes valores.

Un editor británico refleja así, según la encuesta, el fenómeno del «repliegue del internacionalismo» que incide en la producción bibliográfica: «Por primera vez en muchos siglos, las élites cada vez se encuentran más aisladas y saben menos unas de otras, mientras que el gran público se vuelve cada vez más cosmopolita. Pasó aquel tiempo en que profesores y alumnos habían logrado crear una gran homogeneidad entre los planes de estudio de Oxford, París y Salamanca, mientras las masas nacionales se encontraban aisladas.

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