Nuevos elementos de fricción entre EEUU y la URSS en el tema cubano
Un nuevo elemento de fricción en las relaciones entre las dos superpotencias surgió ayer, cuando el senador norteamericano Henry Jackson dijo que la Unión Soviética ha suministrado a Cuba un submarino de combate, lo que dota de nueva capacidad militar al Gobierno castrista y constituye «una amenaza para nuestros suministros de petróleo».
El senador Jackson, uno de los principales enemigos de la ratificación del tratado SALT II y decidido partidario de la línea dura con la URSS, reveló en un discurso pronunciado en el Capitolio que Cuba ha recibido dos submarinos, uno de entrenamiento y uno de combate, y que este último tiene capacidad para sembrar minas en las costas de Estados Unidos.Para el senador demócrata, la existencia del submarino de entrenamiento, prueba que la Unión Soviética piensa seguir suministrando este tipo de navíos a Cuba, y aun reconociendo que ni un submarino ni una docena de cazabombarderos Mig-23 suponen una amenaza seria para Norteamérica, el problema radica en donde «trazar la raya».
Jackson pidió a la Administración Carter que exija a la URSS no sólo la retirada inmediata de una brigada de unos 3.000 hombres estacionada en la isla, sino que suspenda sus planes de proporcionar a Cuba una fuerza de submarinos. El senador por el estado de Washington dijo que el asunto de la brigada y el del submarino son dos ejemplos de «un modo de comportamiento de cubanos y soviéticos que es hostil a los intereses de Estados Unidos».
El duro discurso del senador Jackson siguió a la publicación en el diario New York Times de ayer de un artículo en el que se recogía la preocupación norteamericana por el aumento de la capacidad militar cubana. Citando un «alto funcionario» como origen de su información, el Times indicaba que el verdadero problema estratégico para Estados Unidos radica en el poderío bélico cubano más que en la presencia de un puñado de soldados rusos en la isla.
Según esta información, que parece haber sido «filtrada» desde altas instancias del poder, Cuba tiene un submarino diesel del modelo llamado Foxtrot en el código de la OTAN, además de cazabombarderos Mig 23, que fueron descubiertos el año pasado por el espionaje norteamericano, y ha recibido recientemente aviones de transporte de alcance medio AN-26, conocidos como Curl, capaces de transportar unos cuarenta soldados, con una autonomía de un millar, de kilómetros.
Las revelaciones sobre la capacidad de guerra submarina adquirida por Cuba coincidieron con las conversaciones que Estados Unidos y la URSS mantienen sobre la presencia de tropas rusas en la isla. El embajador soviético, Anatoli Dobrinin, eludió a los reporteros al entrar y salir del Departamento de Estado, donde se entrevistó durante dos horas con Cyrus Vance. No hubo comunicado oficial de lo tratado en la entrevista y se anunció vagamente. que una segunda reunión tendrá lugar próximamente.
Tras el desmentido soviético a través del editorial de Pravda, no hubo una respuesta oficial del Departamento de Estado, lo que una ven más demuestra el interés de los norteamericanos de tratar este asunto mediante la llamada «diplomacia silenciosa». El alarmista discurso del senador ultraconservador puede obligar a nuevas declaraciones públicas del Gobierno Carter y amenaza el futuro del tratado SALT II.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Robert Byrd, hizo ayer una llamada a la moderación y la serenidad, pidiendo a sus colegas de la Cámara alta que no hagan juicios precipitados ni declaraciones que contribuyan a crear un ambiente de crisis. Sin embargo, los sectores conservadores estaban de acuerdo con la aseveración de Jackson de que «bajo ninguna circunstancia debe permitirse a Rusia que suministre a Cuba nuevos submarinos o cualquier otras fuerzas navales », añadiendo así combustible a esta minicrisis iniciada, hace ya diez días.
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