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27.º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Nuevos documentales sobre Chile

Im feuer bestandem, de Walter Heynowski y Gerhard Scheumann, representa en la competición oficial a la República Democrática Alemana. No es habitual que los filmes documentales entren en competición, salvo contadas excepciones. Sin embargo, este año uno de los cuatro filmes españoles a concurso es documental. Me refiero al primer largometraje de Imanol Uribe, El proceso de Burgos.

Heynowski y Scheumann son dos hábiles documentalistas. Su obra es de sobra conocida a través del ciclo que hace no mucho les dedicó la Filmoteca Nacional. Im feuer bestandem (Más fuerte que el fuego) es un documento que utiliza material de las más diversas procedencias para llevar a cabo una reconstrucción detallada y exhaustiva de la toma del palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973 y de las últimas horas del presidente Salvador Allende. Heynowski y Scheumann son especialistas en el tema chileno, al que han dedicado numerosas películas de largo y cortometraje, una de las cuales, Yo soy, yo he sido, yo seré, se estrenó comercialmente en Madrid durante la pasada temporada.

Im feuer bestandem podría decirse que llega cuando el tema parece ya casi agotado y resulta difícil esperar que un filme nos diga algo nuevo. Lo mismo ocurre con La batalla de Chile (tercera parte), que se verá en estos días en la informativa. Sin embargo, la habilidad de sus áutores en el montaje, así como la utilización de material documental y entrevistas inéditas, pero, sobre todo, la inteligente decisión de concretar todo el filme en torno únicamente a los sucesos del 11 de septiembre, hacen que la película se vea con interés y en algunos momentos con emoción. Lo peor de la película es la excesiva utilización de voz en off que poco o nada añade a unas imágenes ya de por sí lo suficiente explícitas y que da a la película, por mopentos, un carácter innecesariamente panfletario y marcadamente prosoviético.

En la sesión de noche, y también a concurso, se ha pasado Companiys, procés a Catalunya, dirigida por Josep María Forn. Diez años han transcurrido desde las últimas películas de Forn, La respuesta y La piel quemada. Companys bien podría iniciar una nueva etapa en su carrera. La película es una crónica del último año de la vida de Lluis Companys, presidente de la Generalitat desde 1934 hasta el final de la guerra. La película se abre cuando Companys cruza la frontera francesa en enero de 1939, camino del exilio, y se cierra con su fusilamiento la madrugada del 15 de octubre de 1940.

Al margen de todas las simpatías que el personaje y el tema del filme puedan suscitar, y a pesar de la discreta corrección con que está realizado, Companys incurre en algunos graves defectos. En primer lugar, en muchos momentos resulta una elemental película de «buenos» y «malos». En segundo, el enfoque concreto del personaje hace que el filme más que una biografía apologética resulte una biografia beatificadora. En efecto, el lado de «pasión», en el sentido más cristiano del término, ha sido subrayado hasta tales extremos que uno acaba por creer estar ante una de aquellas vidas ejemplares que leíamos durante el franquismo, pero de signo inverso. Companys, encarnado por Luis Iriondo, casi un doble por su gran parecido con el biografiado, vestido de blanco durante toda la película, resulta en el filme de Forn, la imagen misma del «santo», del «mártir». El plano -¿o debería decir la estampa?- final no hace sino subrayar este aspecto. Companys es tal vez un filme honesto, pero solamente eso.

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