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La agricultura no aportará este año ningún crecimiento al producto interior bruto

Las primeras estimaciones sobre los resultados del año agrario no son tan favorables como hace unos meses. El cereal no va a producir los resultados extraordinarios de la pasada campaña, y ello restará vigor al impacto del año agrícola en la economía general. Las últimas estimaciones señalan que el impacto del año agrícola en el producto interior bruto será neutro y no forzará un mayor crecimiento del mismo.

Esta situación supondría una buena cosecha en términos generales, aunque sin ofrecer un crecimiento perceptible sobre la del pasado año, que fue la mejor de la historia. Los resultados agrarios en 1978 supusieron casi un punto más de crecimiento del PIB y permitieron que éste se situara en el 3%. En 1979 no se conseguirá una situación semejante y ello ha tenido un peso importante en la revisión de los objetivos de crecimiento del Gobierno, que de situarse a principio de año por encima del 4,5% han quedado ahora en una cifra inferior al 3%.Aunque los datos sobre la presente cosecha son provisionales y presentan lagunas e incertidumbres, todo apunta a que el resultado agrario del año no superará las cotas de 1978. Existe una expectativa de alzas importantes en aves y porcino, así como en vacuno, y discreta en el ovino, aunque aún sin cuantificar. Sin embargo, bajan los cereales, que es componente básico del sector agrario.

Del total de productos agrícolas sólo hay datos parciales sobre el 66% de los mismos en el capítulo de recolección a final del mes de junio. En el tema de la producción prevista para 1979, salvo girasol, sandía, pimiento, ajo, manzana de mesa, pera, plátano y uva de mesa, todos los productos sufren retrocesos con respecto al año pasado. Y algunos alcanzan notables cifras. Mientras en 1978 se dio una producción de 7.953 millones de toneladas de cebada, para la presente campaña la cifra se rebaja a 6.398, es decir, 1.555 millones de toneladas menos. En la remolacha azucarera -recolección de verano- se pasa de los 2.734 millones de toneladas del pasado año a los 1.402 del presente, y en recolección de invierno, de 5.493 a 4.430 millones de toneladas.

En el capítulo de productos vitivinícolas se da, sin embargo, un alza considerable en la producción para el presente año. Si en 1978 el volumen de vino alcanzó los veintinueve millones de hectolitros, la presente cosecha marcará una cifra récord en la historia de este subsector, con 36 millones de hectolitros.

Otras previsiones recesivas importantes las constituyen el trigo, con un detrimento en la cosecha de 604 millones de tonelas; la patata temprana, con 111, y la avena, con 97.

Desvío de costes e ingresos

El problema de mayor fuste se presenta ante la desviación de la evolución de los costes y de los resultados con respecto a las previsiones de hace unos meses, concretamente a las realidades en el momento de la negociación de los precios de los diecinueve productos regulados por campaña anual.En aquellas negociaciones, y de acuerdo con las previsiones oficiales sobre la evolución de la economía, el Ministerio de Agricultura pactó un compromiso de mantenimiento de los costes de producción sin que aumentaran más del 9,5% a lo largo del año.

Según manifestaciones del ministro de Agricultura en conferencia de prensa mantenida hace unos meses, el impacto de los combustibles en los costes agrarios se cifra en un 7,2%, y el de los fertilizantes, en un 11,6%. Ambos productos han sufrido aumentos de precios, en parte compensados por subvenciones directas que están en fase de instrumentación. Concretamente en el caso del gasóleo, Agricultura tiene que arbitrar el sistema para abonar un duro por litro consumido en el campo. Al parecer, se procederá a abonar una cuota por caballo de vapor de potencia de la maquinaria agrícola y siempre con publicidad a nivel de la localidad, con objeto de evitar abusos o de que éstos sean públicos. En caso de percepción de subvenciones sin tener derecho a ellas se establecerá un sistema severo de sanciones.

Medios próximos al sector estiman que el aumento de los costes no será del 9,5%, sino de casi el 14%, lo cual supondría un descenso de las rentas agrarias medias, ya que el aumento de los precios medios regulados fue del 12,54%, que se acerca al 15% si se contabilizan las subvenciones pactadas en las negociaciones de precios. Al equilibrio de ingresos y costes y a la estabilidad de la cosecha hay que unir un aumento de los precios generales superior al previsto por el Gobierno y que puede acercarse al 18% a finales de año.

Las organizaciones agrarias han comenzado ya la fase de movilización en demanda de mejores condiciones y de renegociación de los precios de forma paralela a como sucederá en los convenios colectivos de los sectores no agrarios o de asalariados de la agricultura con condiciones regladas por convenio.

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