El Gobierno nicaragüense nacionaliza la banca y reafirma la propiedad privada

El Gobierno de Nicaragua ha nacionalizado la banca, según anunció Alfonso Robelo, miembro de la Junta de Reconstrucción Nacional, en el transcurso de una rueda de prensa celebrada en la noche del miércoles. Robelo puntualizó que dicha medida no inicia «una cadena desenfrenada de nacionalizaciones y despojos», sino que se trata de poner en orden la economía del país, que se encuentra en bancarrota.

Las palabras de Alfonso Robelo estuvieron claramente dirigidas a quienes piensan, en Nicaragua y fuera de ella, que la propiedad privada ha sido abolida. Insistió el integrante de la Junta en que el programa del Gobierno de Reconstrucción garantiza claramente el respeto a la propiedad y a la iniciativa particulares, dentro del sistema de economía mixta que se pretende implantar.En otra parte de su intervención Robelo anunció que el Banco Central estaba estudiando la renegociación de la deuda externa nicaragüense, con la excepción de la contraída por el régimen de Somoza en los últimos meses con Israel y Argentina. Estas deudas corresponden a envíos de armas que hiciera la Israel Aircraft a la Guardia Nacional por un importe de 4.130.000 dólares y la Empresa de Desarrollos Especiales de Argentina al Ministerio de Defensa de Somoza por 3.184.000 dólares.

A preguntas de un periodista norteamericano, Robelo indicó que las inversiones extranjeras serán bienvenidas, aunque desempeñarán un papel complementario en la nueva economía nicaragüense. A los empresarios extranjeros que deseen realizar actividades económicas en el país se les exigirá, por encima de todo respecto a la autodeterminación del país.

Los miembros de la Junta de Reconstrucción Nacional enfatizaron en que, en estos primero momentos de la revolución, no e posible hacerse ilusiones sobre el funcionamiento de la Administración. «La normalización no se logra por decreto», dijo Daniel Ortega, el único integrante de la Junta que vestía uniforme militar.

Resistencia somocista

Moisés Hassan confirmó los rumores sobre la presencia en el sur de Honduras de un numeroso contingente de la extinguida Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI) y del que fuera su director, Anastasio Somoza Portocarrero, hijo del derrotado dictador. Hassan reconoció que, según los informes del Gobierno nicaragüense, Tachito Somoza pretende realizar acciones militares en Nicaragua, para desestabilizar el actual sistema; advirtió que no tenían ninguna posibilidad de éxito, porque todo el pueblo nicaragüense defendería, armas en mano, la victoria tan difícilmente conseguida.

Sergio Ramírez afirmó que los guardias nacionales refugiados en centros de la Cruz Roja se han convertido en un auténtico problema, que será preciso resolver con urgencia. Dichas personas, que parecen no haber comprendo cuál es la nueva situación en Nicaragua, hostigan de palabra y obra a los combatientes del FSLN.

Ramírez indicó que sería necesario que salieran del país, mediante la intervención de embajadas extranjeras, o que pasaran a disposición de las autoridades judiciales.

Los enfrentamientos entre francotiradores y patrullas sandinistas se han repetido en las últimas horas. En «Las Colinas», zona residencial de Managua, una camioneta en la que viajaban al parecer varios ex guardias nacionales estuvo sembrando el terror durante largo rato. Los disparos de las ametralladoras de estos pertubadores mataron a un joven combatiente del FSLN, encargado de la custodia de uno de los edificios confiscados por el Gobierno.

En otro enfrentamiento protagonizado por un grupo de ex soldados de la EEBI y sandinistas perdieron la vida ocho guardias nacionales y tres combatientes del Frente. La proliferación de estos incidentes ha hecho perder a Managua el ambiente de fiesta de los días siguientes al triunfo de la revolución. La circulación rodada, a partir de las cinco de la tarde, es mínima. Los habitantes de la capital se recluyen en sus casas y dedican el tiempo a escuchar la cadena de Radio Sandino o a ver televisión.

Aún no ha reanudado su contacto con los lectores el diario La Prensa, que tan importante papel jugó en el triunfo de la revolución sandinista. Como se recuerda, las instalaciones de dicho periódico fueron totalmente destruidas por la guardia somocista. Los responsables del diario tienen la intención de editarlo tan pronto como sea posible, probablemente antes de quince días.

La necesidad de un medio de comunicación que mantenga la línea independiente que siempre caracterizó a La Prensa se hace cada día más patente. Los nicaragüenses están ávidos de noticias, más que de proclamas.