Los "cerebros grises" de la "cumbre"
Aparte del presidente Carter y el secretario del Partido Comunista soviético, Brejnev, en Viena se dan cita un grupo reducido de hombres clave de las administraciones de Washington y Moscú. Los más significativos son los siguientes:Delegación norteamericana: Cyrus R. Vance, de 62 años, ministro de Asuntos Exteriores, abogado. Su actividad política y administrativa fue decisiva en la modernización y reorganización del aparato defensivo norteamericano. Era viceministro con la Administración Johnson.
Harold Brown, de 51 años, ministro de Defensa, físico nuclear. Fue el sucesor del «padre de la bomba de hidrógeno». En 1969 participó en las negociaciones SALT I como miembro de la delegación norteamericana. Le han acusado de «blandura» frente a los soviéticos.
Zbigniew Brzezinski, de 51 años, asesor presidencial para la Seguridad del Estado, profesor de Derecho. De origen polaco, sovietólogo era experto en asuntos del Este ya durante la Administración Kennedy y Johrison. Apoyó a Carter cuando el actual presidente era todavía un político sin relieve.
Delegación de la Unión Soviética:
Andrei Gromiko, de 69 años, ministro de Asuntos Exteriores, ingeniero agrónomo y economista. A los 34 años era ya embajador de la Unión Soviética en Estados Unidos y lleva 22 años de jefe de la diplomacia soviética. Es considerado como el mejor experto soviético en cuestiones americanas. Hace dieciocho años acompañó a Kruschev en la cumbre de Viena con Kennedy.
Dimitri Ustinov, de setenta años, ministro de Defensa, ingeniero técnico. A los catorce años se alistó voluntario en el Ejército Rojo. Organizó la industria militar soviética durante la segunda guerra mundial, y fue durante dieciséis años ministro de este departamento. Kruschev bloqueó su carrera política.
Konstantin Tchernenko, de 68 años, secretario del Comité Central del Partido Comunista y miembro del Politburó, funcionario de profesión. Es considerado como la eminencia gris de Brejnev y su posible sucesor. Su poder en el Kremlin va aumentando día a día, al hacerse cargo de las tareas que le delega el presidente soviético. En noviembre pasado Brejnev le nombró miembro con pleno derecho del Buró Político.
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