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Literatos canarios acusan de oficialista al Congreso Internacional de Escritores

Juan Cruz

Diecinueve escritores canarios dieron a conocer ayer un manifiesto de contestación al Primer Congreso Internacional de Escritores de Lengua Española, que se celebra esta semana en esta capital. En el comunicado, presentado ayer en una explosiva rueda de prensa, los mencionados literatos insulares llegan a afirmar que «dicho congreso se opone al progreso social del pueblo canario, no reuniendo las condiciones mínimas de credibilidad y fundamento democrático que sitúen al escritor y a la obra literaria en posición ejemplar ante el público destinatario».

Una intervención del escritor y periodista José Miguel Ullán suscitó una violenta polémica entre firmantes del mencionado manifiesto, periodistas y congresistas asistentes a la conferencia de prensa. El señor Ullán preguntó si con esta contestación al congreso «no se está solventando una historia personal y psicológica derivada de rivalidades locales». Los firmantes del manifiesto rechazan el congreso por su «vinculación a la geopolítica cultural del Estado español, esto es, del partido en el poder, cara a la América Latina, en consideración a que este encuentro de escritores parece ser sólo la punta de un iceberg político que continúa por los derroteros de la ideología llamada hispanidad, palabra que esconde y mantiene la vieja y torpe actitud colonialista de la metrópoli». Uno de los firmantes llegó a decir que los 150 escritores asistentes al congreso vienen a Canarias a confirmar «la imagen de tarjeta postal» que tienen las islas. Este supuesto fue enérgicamente desmentido por congresistas presentes en el acto.Lo que ha indignado a los escritores canarios firmantes del manifiesto es que este congreso se produce en las islas en una situación gravísima de crisis cuando, según uno de los que apoyan el comunicado, hay los mayores índices de analfabetismo, suicidios, emigración y mortalidad infantil, hechos que han generado un sentimiento nacional canario.

Se ha llegado a identificar al congreso con actividades diplomáticas españolas, y en concreto se dijo ayer que resultaba extraña la coincidencia entre este congreso hispanoamericano de literatura y la visita a Madrid del secretario general de la OUA.

A los firmantes del manifiesto, que afirmaron hablar desde «una rabia que tiene un carácter de indignación histórica», les fue insinuada la posibilidad de que acudieran al congreso, del que están ausentes, para exponer allí las cuestiones que han salido a la luz en el reiterado manifiesto. Los diecinueve escritores canarios no conceden representatividad a los organizadores del congreso como para acudir a ellos en demanda de su participación.

A las afirmaciones sobre el carácter personal que pudiera tener esa «rabia histórica», José A. Alemán, autor del más actual de los libros sobre la crisis de Canarias, afirmó que, en efecto, podían darse de una parte y otra esos personalismos, pero en el fondo lo que los escritores insulares quieren poner de manifiesto es el abandono cultural y el desprecio que ha padecido Canarias, donde, dijo, esta es una práctica «sistemática».

Dinero "oficial y público"

Los firmantes del manifiesto ponen énfasis, sobre todo, en el dinero «oficial y público» que este congreso ha costado. Los organizadores también ponen énfasis en que esta cantidad no supera los tres millones de pesetas, abonados por entidades oficiales o paraoficiales de las islas, mientras que los cuatro millones restantes fueron extraídos de organismos del Estado. Los primeros afirman que debe plantearse a raíz de este congreso a dónde va el dinero popular de Canarias, y señalan que las mismas entidades que han apoyado esta reunión internacional han retirado últimamente subvenciones para distintas actividades que ellos estiman más acordes con las necesidades de la cultura insular. En concreto se denunció el desamparo a que está sometido el Museo de Antropología de Las Palmas, que, según estos escritores, es uno de los principales del mundo y se halla a punto de ser cerrado.Congresistas presentes en esta reunión literaria se han visto sorprendidos por esta reacción de sus colegas insulares ante el congreso. Los escritores de las islas han respondido que ellos dan la bienvenida a sus compañeros de letras, pero se ven en la obligación de denunciar lo que estiman un congreso oficialista. Sobre la posible participación en alguno de los debates por parte de quienes de este modo han contestado el congreso, fue rechazada de plano porque, dijo el poeta Alfonso O'Shanahan, «sería como olvidar que los intelectuales canarios vivimos en grado de clandestinidad que no es posible sacarlos a la luz del público».

En fin de cuentas, los literatos opuestos a la celebración del congreso pretenden que a raíz de este debate se hallen las fórmulas para llegar a un congreso de cultura canaria, «en una búsqueda apasionada de la identidad insular».

La contestación de fondo, como uno de los firmantes calificó este manifiesto al Primer Congreso de Escritores de Lengua Española, coincide con amplios debates, habidos en las distintas aulas en las que este congreso se desarrolla, sobre la situación de marginación en que viven en todo el mundo hispano escritores de distinta significación. Una de las ponencias previstas era precisamente sobre la situación de la cultura canaria, que se anunció iba a presentar el poeta Manuel Padorno, quien es precisamente uno de los firmantes del manifiesto y que no llegó a participar en el congreso.

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