Derechos humanos aplastados
Amnesty International ha denunciado en uno de sus informes la persecución de campesinos, sindicalistas rurales, sacerdotes y seglares que se viene produciendo en El Salvador.Líderes campesinos y opositores al régimen de Carlos Romero, detenidos por las fuerzas de seguridad, han sido hallados más tarde mutilados y asesinados. En febrero de 1978, Amnesty Intemational presentó al presidente el caso de 62 detenciones, seguidas de desaparición, y de treinta asesinatos, precedidos de detenciones. Algunos de los cuerpos de presos asesinados habían sido decapitados, tenían miembros amputados o estaban severamente desfigurados. El Gobierno salvadoreño no ha facilitado ninguna información al respecto.
Algunos presos liberados, entre ellos varios sacerdotes, afirman haber sido torturados con descargas eléctricas, suspensión por los brazos, palizas prolongadas y sistemáticas y haber sido mantenidos en detención prolongada en celdas tan pequeñas que debían permanecer en cuclillas o de pie.
Por otra parte, la legislación vigente permite la detención legal de quienes ejerciten su libertad de conciencia. Al amparo de la ley de Defensa y Garantía del Orden Público de 1977 se han atacado reuniones públicas, se han censurado declaraciones de la oposición y se ha procesado a líderes sindicales. Los sacerdotes que «abusen» de su posición en defensa de la justicia social pueden incurrir en penas de hasta cinco años de prisión.
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