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Don Juan Carlos inauguró la sede de la Real Academia de la Lengua Gallega

Vecinos de As Encrobas reclamaron ante el Rey la contrapartida de la expropiación de sus tierras

El rey don Juan Carlos inauguró ayer en La Coruña la nueva sede de la Real Academia Gallega y el Museo Pardo Bazán, que se encuentra instalado en el mismo edificio. En el transcurso de¡ acto oficial pronunció un breve discurso, una parte en castellano y otra en gallego, en el que elogió la trayectoria de esta institución, fundada en 1905, y exhortó a sus miembros a trabajar con ahínco en pro de la dignificación de la lengua gallega.

Don Juan Carlos y doña Sofía habían llegado, procedentes de Madrid, a las cinco de la tarde, al aeropuerto de Santiago, en un avión Mystere. Fueron trasladados hasta La Coruña en un helicóptero del Ejército del Aire, acompañados por el jefe de su Casa Civil, marqués de Mondéjar, y el ministro de Cultura, Pío Cabanillas. En el aeropuerto de Alvedro fueron recibidos por las primeras autoridades de la región, entre las que se encontraba el presidente de la Junta de Galicia, Antonio Rosón.A las seis de la tarde, la comitiva llegó al edificio donde se ha instalado la academia gallega, un antiguo caserón que perteneció a Emilia Pardo Bazán y que fue donado a la institución por la marquesa de Cavalcanti, hija de la escritora. Don Juan Carlos abrió la sesión: «Ten a palabra o presidente da Real Academia Galega», dijo, ante la sorpresa de las doscientas personas que habían sido invitadas, que aplaudieron el gesto del Rey.

El presidente de la Real Academia Gallega, el médico compostelano Domingo García Sabell ex senador de designación real, leyó en gallego un discurso, en el que agradeció a los Reyes su presencia, así como la colaboración prestada por las personas que han ayudado a que este organismo cultural cuente con nueva sede. En este contexto, citó a Manuel Fraga, académico correspondiente, del que dijo que había reunido casi diez millones de pesetas para la realización de obras.

El señor García Sabell afirmó que la Real Academia Gallega comienza una nueva etapa, que, en realidad, supone una continuación de lo que realizaron en el pasado figuras como Manuel Murguía, Curros Enríquez, Castelao y Otero Pedrayo. «Vamos a hacer camino con la cultura de Galicia -añadió-, una cultura que tuvo y tiene vigencia, que pronunció palabras decisivas en la historia de las ideas y que, sin duda, pronunciará muchas más. Pienso que esta lengua, despreciada ayer y hoy alabada, en su fuerza, en su potencialidad, constituye una aportación decisiva a la cultura total y multiforme de España.»

Don Juan Carlos respondió a las palabras del señor García Sabell con una breve alocución en la que, tras expresar su satisfacción por inaugurar la nueva sede, señaló que una de las dimensiones más significativas y más fecundas de los pueblos es su energía creadora dentro del campo de las actividades del espíritu. «Esta academia -agregó- ha sabido mantener el afán de estudio y mejor conocimiento de la historia propia, sin una labor constante y rigurosa que a todos debe enorgullecernos ». Concluyó su intervención expresando el deseo de que los nuevos caminos de la Real Academia Gallega enriquezcan su labor e ilustren su porvenir.

Acto seguido, los Reyes, tras firmar en el libro de honor de la institución, departieron en uno de los salones del edificio con los académicos y las personas invitadas al acto. Don Juan Carlos comentó a algunos periodistas presentes que para él el gallego no resultaba muy difícil porque habla portugués, y aunque existen algunas diferencias entre ambos, puede entenderlo perfectamente.

Los Reyes abandonaron el edificio para regresar a Madrid a las siete de la tarde. A la salida les esperaba numeroso público, entre el que se encontraban vecinos del pueblo de As Encrobas, que reclamaban, por medio de pancartas, el cumplimiento de las promesas que les fueron hechas al serles expropiadas sus tierras hace dos años para explotar una mina de lignito y construir una central térmica.

La nueva sede de la Real Academia Gallega es la tercera que ocupa la entidad desde su creación en septiembre de 1905. Se encuentra ahora en un inmueble situado en el número 11 de la calle Tabernas, en la parte vieja de La Coruña. Integran este organismo cultural cuarenta académicos numerarios, aunque en la actualidad existen algunos sillones vacantes y está pendiente de leer su discurso de ingreso Eduardo Blanco Amor.

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