Se descarta la presencia de soviéticos en el frente vietnamita
Ningún indicio parece señalar en la Unión Soviética que tropas de este país luchen ya en la frontera norte de Vietnam contra los chinos. Por el contrario, ayer, después de ocho días de intensa propaganda, se ha caracterizado en la URSS por un cierto desinterés hacia el tema de la guerra chino-vietnamita. Tanto la televisión como la radio no lo destacaron dentro de sus espacios informativos, como vinieron haciendo en días pasados, y la prensa del día se limita poco más que a ofrecer las crónicas de guerra de sus corresponsales.Observadores occidentales comentan, sin embargo, las noticias llegadas a través de las agencias extranjeras sobre el transporte de soldados soviéticos, detectado por aviones norteamericanos, con dirección a Vietnam y la posibilidad de que estas fuerzas se hubieran incorporado ya al Ejército regular vic:tilamita y luchen junto a ellos contra China. Por el momento, en ese tema hay silencio y tranquilidad.
Las líneas aéreas y los ferrocarriles parten de Moscú con toda normalidad hacia el Asia central, el Extremo Oriente soviético y China.
En lo que respecta al compromiso contraído por la URSS con Vietnam, en su tratado de amistad y cooperación, altos mandos militares han corroborado las declaraciones del mariscal Dimitri Ustinov, ministro de Defensa. Victor Kulikov, comandante en jefe de las fuerzas del Pacto de Varsovia, y Nikolai Ogarkov, jefe de la Armada, han insistido en hacer cumplir los compromisos contraídos con Hanoi.
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que los soviéticos estén dispuestos a entrar en combate. La ayuda podría circunscribirse al envío, que ya ha comenzado, de todo el material bélico necesario por parte vietnamita para encarar el ataque chino.
Dificultades para ir a Hanoi
Por otra parte, la embajada de Vietnam en Moscú aún no ha respondido a la petición de los corresponsales que desde hace días solicitan permiso para trasladarse a Hanoi, a pesar de que se había anunciado en Moscú que los periodistas extranjeros podrían visitar las zonas más castigadas por los chinos.
El silencio burocrático ha sido roto por el Ministerio de Asuntos Exteriores soviético, que ha dicho sí a los corresponsales franceses acreditados en Moscú de la radio y la televisión francesa y del diario Le Monde, con el fin de que puedan trasladarse a Jabarosk, donde podrán permanecer durante 48 horas. Esta ciudad soviética, próxima a las islas Kuriles y a veintisiete kilómetros de la frontera con China, se considera abierta para los extranjeros, si bien sólo se puede recorrer en parte, ya que algunas zonas de la misma entran dentro de la denominada «zona militar».
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